Por Ramiro Supph
Tras los rumores y la polémica, se hará oficial la salida del mánager de Independiente a menos de un año desde su asunción en el cargo.
Que los managers tienen un trabajo difícil en Argentina no
es novedad, ahora, lo que pasó con Burruchaga no debe tener precedentes.
Llego después de que se eligiese al técnico, cuando todo
indica en el manual que el gerente deportivo es quien debe elegir al DT. Apareció
declarando que no tenía un proyecto, que más allá de estar bien en si tenerlo o
no, es casi insólito que diga con los medios algo así.
Afrontó el cargo en medio de una pandemia, sin ver a los
jugadores, y teniendo que cargar casi solo con la salida conflictiva de varios
jugadores del club, quienes en la mayoría de los casos, se consideraron libres
y tienen jucios en FIFA.
Comenzó a tener desgaste con Pusineri en el mercado de
pases. Diferencias de gusto y sobretodo muchas de ego para ver quién se
posicionaba con más poder en el club, inconscientemente o no, lo hicieron. No
fue consultado para definir la continuidad del técnico, y eso hizo que
explotara. No se siente valorado, y es que, ni siquiera es valorado.
Se puede hacer bien o mal el trabajo, pero hay ciertas premisas que dentro de un club como Independiente no se deberían romper y la CD sigue rompiendolas.
Vergonzoso y muy triste. Burru no va a seguir.
Fuente La Visera
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