Fue un semestre con muchos juveniles en el plantel profesional, pero el mismo escasea de futbolistas con edad, los cuales son fundamentales para la base del equipo.
Luego de una temporada muy floja y con una clasificación a
la Sudamericana a base de resultados ajenos, queda claro que,
futbolísticamente, el equipo no está bien. A lo largo de todo este tiempo, se
hicieron presentes demasiados juveniles en la primera del Rojo. Proyecciones
positivas que, en un futuro, darán sus frutos. Pero lo que no se observa es esa
experiencia en este plantel que, tanto futbolística como mentalmente, aporta al
grupo.
Sebastían Sosa (arquero titular), Mílton Álvarez (arquero
suplente), Ezequiel Muñoz (lesionado), Pablo Hernández (está muy cerca de irse)
y Silvio Romero (delantero titular) son los únicos jugadores de todo el plantel
que tienen o superan los 30 años de edad.
Luego, hay una segunda línea de jugadores como Lucas
Rodríguez, Andrés Roa, Lucas Romero y Jonathan Menéndez que no superan los 27
años de edad. Y el resto está por debajo de los 25 años.
Quieran o no, esta falta de experiencia se hace sentir. Para
lograr cosas importantes, la columna vertebral del plantel debe estar
conformada con futbolístas de mucha experiencia que saben lidiar con los
momentos difíciles y manejar el grupo de acuerdo a las competencias y
resultados.
Queda claro que el nuevo entrenador del Rojo, junto con esta
dirigencia, debe ponerse en campaña para traer a esta clase de jugadores que
hoy, a Independiente, le hacen falta. Los juveniles están, hay que afianzarlos,
pero para que eso suceda deben estar acompañados con tipos de mucho rodaje y
vivencias. Será una nueva cuestión a resolver de cara a lo que viene.
Fuente Infierno Rojo
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