Por Claudio Avruj
Tiempo atrás, antes de la cuarentena por cierto, un alto
dirigente de Racing a quien respeto y estimo, me contó de la buena situación por
la que atraviesa su club y me adelantó acerca del proyecto de ampliación en el
cual estaban trabajando incorporando terrenos.
Me participó con desilusión que habían hablado con la
dirigencia de Independiente para compartir el proyecto y las inversiones que
deberían hacerse que redundarían en beneficio de los socios de ambas y del
barrio. La respuesta que recibió fue por un lado la falta de dinero, pero por
sobre todo la imposibilidad, dada la coyuntura dirigencial actual de poder
embarcarse en semejante proyecto.
Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio, la
noticia del acuerdo de Racing con la Municipalidad de Avellaneda desnuda
nuestras debilidades que no pueden ser sus causas adjudicadas a responsables de
otro lugar que no sea del mismo Independiente.
Días atrás las distintas agrupaciones de la oposición
solicitaron un encuentro con la Comisión Directiva para interiorizarse de las
situación económica/ financiera de la institución. Según el comunicado emitido
después de la reunión, la información no estuvo disponible y quedó un
compromiso para un nuevo encuentro que es tan posible que se produzca y que los
datos se conozcan como que no.
Esta introducción descriptiva nos tiene que llevar a
comprender que en las próximas elecciones del año entrante no es lo económico
lo que se pone en juego.
Los hechos mencionados confirman un estilo de conducción
parada en valores que se contradicen con los que una institución como
Independiente debe privilegiar y que son la transparencia de los actos, la
disposición de datos abiertos, el diálogo como articulador, la estimulación y
respeto a todos los actores y sectores de la vida activa del club, el
privilegio de lo colectivo por sobre lo individual, la búsqueda de socios
estratégicos en momentos oportunos y de la trascendencia por sobre la
inmediatez.
Lo duradero sobre lo efímero.
Las próximas elecciones son una oportunidad única que se nos
presenta a los socios. Tenemos la obligación de elegir no con la ceguera que da
la premura de un título sino con con la cabeza que nos permita ver un camino
virtuoso que nos colme de alegrías.
No hay fórmulas mágicas, ni magos que aseguren futuros, de
esto ya hemos visto y conocido mucho. La anecdótica reunión de oficialismo y
oposición que no dejó nada, es la cultura que debemos dejar atrás. Las próximas
elecciones deberán abrir la puerta a la seriedad e idoneidad y para ello se
deberá ejercer el voto con la misma seriedad más el compromiso.
El mismo compromiso que tomamos al hacernos socio. Depende
de cada uno de nosotros.
Fuente Soy Del Rojo
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