sábado, 2 de mayo de 2020

Opinión - El Kun Agüero: verso a verso - Por Eduardo Verona



Por Eduardo Verona

Desde que partió para incorporarse al Atlético Madrid hace ya 14 años, el ex punta de Independiente viene repitiendo que algún día va a regresar al fútbol Argentino para vestir la camiseta roja, cuando en realidad ese deseo nunca confirmado, parece superado por la decisión de seguir en Europa hasta que ardan las velas

Las mentiras están en todas partes, en todas las actividades, en todos los escenarios, en todas las clases sociales; en especial en las clases privilegiadas. Y en el fútbol, por supuesto también.

Pueden llenarse bibliotecas enteras con las mentiras que circularon y circulan alrededor del fútbol.

Mentiras de los dirigentes, de los representantes, de los árbitros, de los entrenadores, de los periodistas y naturalmente de los jugadores.


Cambian los contextos y cambian las mentiras. Una de ellas, sin embargo continúa fiel a sus orígenes.

Es la promesa oportunista y demagógica de los jugadores cuando son transferidos a un club europeo y poco antes de emprender la retirada, a todos los micrófonos y cámaras que le pongan enfrente con cara compungida dicen lo que en ese momento las circunstancias emotivas indicarían que tiene que decir: “Me voy con ilusión y con tristeza, pero sé que en unos años, cuando asegure el futuro de mi familia, voy a volver a este club que quiero tanto y que me dio tanto”.

Esas palabras más o menos repetidas como una consigna adherida a la piel de los jugadores (en este caso argentinos), se terminó transmitiendo de generación en generación como si fuese una verdad revelada.

Algunos cumplieron esa promesa y volvieron: Enzo Francescoli, Juan Román Riquelme, Gabriel Heinze, Maxi Rodríguez, Diego Milito, Gabriel Milito y Juan Sebastián Verón, entre otros. Pero la mayoría, no.

Sergio Agüero es uno de los que en más oportunidades habló sobre un probable regreso a Independiente que siempre pateó para adelante, navegando de manera errática entre ambigüedades, rodeos y falsedades.

“Sí, me gustaría”, comentó en muchísimas ocasiones, desde que partió al Atlético Madrid en julio de 2006 con 18 años recién cumplidos.


El humo que fue vendiendo el Kun a los hinchas de Independiente de ninguna manera lo dejan bien parado, aunque esto no le interese ni le importe. Ese humo quizás no le permite ver los lugares comunes a los que apeló para no hacer conocer lo que realmente siente. Porque lo que denuncia con una perseverancia innegable es que no quiere regresar a Independiente.

Como, por ejemplo, Gabriel Batistuta nunca quiso regresar a Boca. O a Newell´s.

Cualquiera podría señalar con razón, que nadie está obligado a hacer lo que no quiere hacer. Y es indiscutible. El tema es que no hay necesidad de perpetuar la mentira. Es mejor, mucho mejor, poner la carita y decir la verdad, aunque sea doloroso para algunas audiencias. Para no ilusionar a nadie al cohete. Para no jugar con esas mismas ilusiones futboleras que se renuevan en cada final de temporada.

Lucas Pusineri hace un par de semanas puso las cosas en su lugar cuando le preguntaron sobre la posibilidad de que Agüero vuelva a vestir la camiseta de Independiente:

“No depende de mis deseos o de lo que yo pueda comentar. Depende de las ganas y la voluntad que el Kun le ponga a su regreso”.

Inobjetable lo de Pusineri. Si no existe de parte del protagonista una voluntad real y sincera de plantearse el regreso, cualquier especulación queda totalmente fuera de foco.

La verdad que se cae por su propio peso es que Agüero seguirá en Europa, hasta que algún día advierta que en el Viejo Continente le bajan la cortina. Ahí, recién ahí, cuando se vea afuera de un proyecto importante, promoverá su vuelta a Independiente invocando fidelidades, amores y pasiones que por el momento están en una caja de seguridad infranqueable.

No estaría mal que Agüero como tantos otros vendedores de ilusiones a hinchas capturados por las burbujas de la ingenuidad, dejen arrumbadas las mentiras estratégicas.

Y no se sometan a la naturaleza decadente del verso a verso.



Fuente Diario Popular

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