Por Denis Fabricatore
Independiente jugó muy mal en La Plata y fue merecidamente
goleado por Estudiantes en la 3ª fecha de la Superliga.
Perdió 3-0, por los goles de Ángel González, Diego García y
Enzo Kalinski.
El equipo de Sebastián Beccacece fue un espanto de principio
a fin. Con muchos cambios, salió a jugar en el Estadio Ciudad de La Plata sin
convicción, sin una idea de juego clara y con un desorden y una confusión
preocupantes. Confusión lógica si se tiene en cuenta el cambio de último
momento: Fabricio Bustos suplente, Cecilio Domínguez titular. El Rojo, más
preocupado por defender que por atacar, no tuvo una sola jugada clara de gol y
no se fue al entretiempo en desventaja porque el rival tampoco estuvo claro en
la primera mitad.
En el arranque del complemento llegó el primer cachetazo. Un
cachetazo que dio el propio destino. A los 2 minutos, Ángel González capturó un
rebote de Martín Campaña y puso el 1-0. Sí, el mismo González que estuvo a
punto de firmar en el Rojo y que el DT pidió no contratar a último momento por
su amistad con Gabriel Milito. La jugada se originó en un mal control de Lucas Romero,
de flojo debut.
El gol inclinó la balanza a favor del Pincha mientras
Independiente seguía sin hacer pie. El arquero Mariano Andújar, un espectador
de lujo. Beccacece pateó el tablero con los ingresos de Andrés Roa y Bustos,
por los flojísimos Martín Benítez y Cecilio. Pero nada cambió. El equipo no dio
respuestas y para colmo, la defensa trastabillaba una y otra vez. El local sólo
tuvo que acelerar un poco para liquidar la historia.
En uno de esos errores defensivos se gestó el 2-0 de
Estudiantes. La falla fue compartida entre Nicolás Figal y Alexander Barboza
-otro debutante, de muy mal partido-, y así García encontró el hueco para
estirar la ventaja. Un resultado más lógico para un Rojo que se arrastraba y
que recibiría otro golpe a 7′ del final, cuando Kalinski sentenció el 3-0 con
una chilena espectacular. En el medio, un ingreso de Chávez que pasó
desapercibido y una inexplicable ausencia de Pablo Pérez, suplente los 90′ de
un Domingo Blanco que aportó poco y nada.
Así pasó un muy mal partido del Rey de Copas. Así pasó otra
derrota, más merecida que las dos anteriores en Quito. Un desconcierto táctico,
desde adentro y desde afuera, se pagó una goleada humillante y merecida. Mucho
para trabajar de cara a la próxima fecha.
Fuente LxR
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