Por Favio Verona
La pretemporada aún no empezó y Beccacece ya pasa entre ocho
y 12 horas por día en el club. Estudia hasta a la prensa.
El técnico estuvo analizando los números del GPS del plantel
y quiere que corran más. (Foto: Prensa Independiente)
Sebastián Beccacece está “loco”. Los empleados del club
pudieron comprobarlo en apenas seis días. Y su patología tiene nombre y
apellido: adicción al trabajo.
La pretemporada aún no comenzó. Los jugadores deberán
presentarse recién el lunes en el predio de Villa Domínico y el primer partido
oficial de Independiente será el jueves 25 de julio ante Universidad Católica
de Ecuador, por los octavos de final de la Copa Sudamericana.
Pero el flamante entrenador pasa entre ocho y 12 horas por
día en las instalaciones del Rojo.
En estos momentos se encuentra en un combate contra un
enemigo silencioso denominado ansiedad. Podría decirse que el suyo es un caso
de bigamia: no sólo está casado con su esposa, Patricia, sino también con su
profesión.
El técnico tiene una rutina muy exigente, pero la disfruta.
Se levanta alrededor de las 5.30 y dos horas después llega al club.
¿Qué hace?
En las últimas jornadas estuvo diagramando con puntillosidad
los próximos entrenamientos. También comenzó a editar breves y concisos videos
personalizados para mostrarle a cada jugador qué es lo que pretende. Si bien procura
respetar los espacios personales para no ser invasivo, ya empezó a conversar
con algunos futbolistas.
Beccacece también ha comenzado a establecer diálogo con los
técnicos de las Inferiores e incluso con los empleados de mantenimiento del
club, una práctica que también fue habitual durante el ciclo de Ariel Holan.
El entrenador trata de no ocupar terrenos que no estén bajo
su órbita, aunque se preocupa por todos los detalles: desde la limpieza del
lugar hasta la forma de regar las canchas y cortar el césped. Quienes trabajan
en la institución cuentan que suele llegar cuando el sol aún no asoma en el
horizonte. Camina solo durante mucho tiempo por las calles internas del predio.
“A veces preciso esos espacios de soledad para poder
conectarme con el club y su ambiente”, suele explicar ante la consulta de
quienes lo observan sorprendidos.
En las últimas horas, Beccacece estuvo analizando los datos
de los GPS, que fueron tomados durante el período de Holan. El despliegue
físico del plantel ha sido inferior al que el nuevo DT va a exigir. El
entrenador incluso tiene información acerca de los periodistas que concurren
habitualmente al club.
“Son 44 y los conocemos”, le comentaron a este diario desde
el cuerpo técnico.
Beccacece, admirador de Marcelo Bielsa, también es un loco
del laburo.
Fuente Olé
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