Veteranos y líderes sin onda con Holan se van yendo y se
desarmó el equipo que ganó la Sudamericana. ¿Y ahora?
Entrenamiento de Independiente. Emmanuel Gigliotti. Carlos Sarraf
Por Favio Verona
No te das una idea de las veces que el Profe (Kohan) y
Walter (Erviti) tuvieron que intervenir para que a Holan no se le vaya el
plantel de las manos”. La frase pertenece a uno de los líderes del plantel que
en 2017 levantó la Sudamericana en el Maracaná. Y ayuda a comprender lo que
está pasando en el club.
Ese título pudo haber sido la bandera de largada para una
carrera hacia cumbres más altas, pero el equipo que jugó la final en Río de
Janeiro fue desguazado. Muchos de sus integrantes no se marcharon a precios de
campeón. Si en las próximas horas se confirma la partida de Campaña al Santos,
de aquellos 11 que dieron la vuelta sólo quedarán Bustos, Franco, Domingo y
Benítez.
El contexto obliga a formular una pregunta cuya respuesta es
imprescindible para comprender los motivos de la fuga de patrimonio deportivo
que está sufriendo el Rojo.
¿Por qué algunos jugadores fundamentales han sido
prácticamente subastados? Los dirigentes sostienen que, producto de la
depreciación que sufrió el peso, es necesario reducir el presupuesto. También
esgrimen que influye el hecho de no haber clasificado a la Libertadores, ya que
se trata de un incentivo menos para retener a las figuras. Ambos argumentos son
válidos, pero no representan los únicos factores que llevaron a varios
referentes a optar por mudarse.
La relación entre muchos futbolistas y Holan está minada por
el desgaste. Es cierto que varios se marchan tentados por salarios suculentos
que en Avellaneda no están en condiciones de pagar, pero también existe otra
realidad: si el vínculo con el técnico no hubiese estado contaminado por la
desconfianza que se fue esparciendo durante los últimos meses, los jugadores
hubiesen tenido más ganas de quedarse.
El ida y vuelta del entrenador con aquellos que tuvieron más
ascendencia en el grupo campeón se erosionó por distintos motivos.
Campaña, Gigliotti, el Torito Rodríguez, Amorebieta, Leandro
Fernández, Albil y Jonás Gutiérrez, Domingo y Erviti conformaban el grupo de
los líderes. Eran ellos quienes inspiraban respeto en los jóvenes y ejercían la
conducción. Todos adquirieron ese rol de forma natural por el peso de sus
trayectorias. En el club forjaron los lazos de una amistad que perdura. Cuando
la agenda les da un respiro, se juntan para comer asados y conversar. Antes de
fin de año, los siete primeros se reunieron, como lo hacen habitualmente. Se
habla mucho de Holan y el tono no es el más amistoso, pero eso quedará siempre
en la intimidad de los ex líderes.
Kohan, quien luego de los festejos en el Maracaná decidió
marcharse por diferencias irreconciliables con el entrenador, es otro que se
lleva muy bien con los referentes del equipo que fue campeón y sigue juntándose
con varios de ellos. Hace poco le consultaron si cree que esa amistad les
estaba jugando en contra a algunos miembros del plantel del Rojo.
“Quiero pensar que no”, dijo.
Y con su respuesta no descartó esa posibilidad. Lo cierto es
que era él quien oficiaba como nexo entre el cuerpo técnico y el grupo, ya que
Holan siempre prefirió mantener cierta distancia con sus dirigidos.
Después de la salida del preparador físico y de las marchas
y contramarchas que tuvo el DT en cuanto a su continuidad en diciembre de 2017,
se empezaron a percibir síntomas de fastidio de parte de algunos futbolistas.
“Mi decisión es irrevocable”, había dicho el DT. Pero en
cuestión de horas cambió de opinión y decidió volver. La credibilidad del
Profesor dejó de tener la misma fuerza que en la previa a ese episodio. En ese
momento también trascendió una lista de prescindibles: Gigliotti, Domingo y
Sánchez Miño figuraban en ella. El técnico desmintió todo y los tres
continuaron, aunque los rumores sembraron resquemores que se alimentaron en la
intimidad. La convivencia continuó, aunque todo empezó a ser cada vez más
forzado que natural.
A mediados de año, Holan decidió prescindir de Jonás
Gutiérrez y el Galgo expuso públicamente su decepción. El Torito Rodríguez,
pieza clave, se fue a Tijuana por apenas u$s 1.000.000 y sintió que lo
empujaron hacia la salida para dejarle el terreno allanado a un refuerzo pedido
por el Profesor: el volante central Francisco Silva.
Además, Amorebieta fue marginado del grupo por un problema
con la dirigencia. El técnico acató la orden de los directivos sin ensayar
resistencia, algo que no cayó bien en el plantel.
A los jugadores más influyentes tampoco les gustaron algunas
declaraciones del coach.
“Gané dos copas y vendí por más de 50 palos”, expresó. Y
habló en primera persona, sin hacer uso del plural. Lo consideraron un acto de
soberbia. En los últimos meses, Gigliotti intuía que el técnico no sabía cómo
sacárselo de encima para mandar al área a Romero. El Puma se ganó el puesto a
fuerza de goles, pero no se sintió valorado.
“Silvio es más efectivo”, solía decir Holan. A sus 31 años,
al goleador no le causó gracia la chicana. Al igual que el atacante, otros
players percibieron que el DT los quería correr para poner a los refuerzos que
llegaron en el 2018.
El entrenador ahora quiere refundar al equipo dándoles más
rodaje a las incorporaciones.
El Independiente de 2017 que festejó en Copacabana se acabó.
Y habrá que arrancar desde cero.
Fuente Olé
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