Barco, la joyita del equipo de Holan, se tiene mucha fe para
la final de la Sudamericana ante Flamengo. Soñamos con meter un Maracanazo,
dice el pibe que la rompió en la semi.
Foto Alfredo Martinez
Por Favio Verona
El sol del mediodía derrite el cemento en el predio de Villa
Domínico. Fernando Amorebieta sale del vestuario como si estuviese en la Base
Marambio, con un buzo para combatir climas como el de la Antártida. Algunos de
sus compañeros lo observan atónitos y las cargadas parecen inminentes, pero el
Vasco juega al anticipo y dispara contra Ezequiel Barco para desviar el foco.
El defensor se ríe y hace gestos mientras el juvenil posa en el campo de juego
para la producción de fotos de Olé. El pibe apela a su mejor recurso: la
gambeta. Así, le esquiva la mirada para no tentarse. Y ante la falta de
atención, el recio zaguero asume la derrota y se retira. “Una de las claves de
este Independiente es la unión del grupo”, sostiene la joyita del Rojo. Las
constantes bromas son una muestra del buen clima que hay en el club.
-¿Dudaste en hacerte cargo del penal contra Libertad?
-No, después del que erré contra Lanús (NdeR: el 1-1 en el
cierre del torneo anterior le impidió al Rojo entrar a la Libertadores) dije
que iba a volver a patear. Me había quedado una mala sensación y quería
revertirla. El del martes era decisivo, pero me tenía mucha confianza y por
suerte pude convertir.
-¿La pelota quemaba?
-Sí, porque sabía que esa acción podía ser determinante en
el rumbo del partido. Pero fui con mucha decisión. Había visto que el arquero
se tiraba siempre para el mismo lado y decidí abrir el pie.
-¿Sentiste un poco de nervios?
-Se me vino un poco a la cabeza la imagen del penal que
había errado contra Lanús porque el contexto era parecido. Me despejé del
quilombo que se armó en el área antes del penal y me enfoqué en meterla. Al
momento de ejecutar ya estaba tranquilo.
-Tenés 18 años. ¿Sentís la presión en estos encuentros
decisivos?
-No, al contrario. Me encanta jugar los partidos importantes
porque son los mejores para demostrar que puedo dar más.
-¿En ningún momento te temblaron un poco las piernas?
-No, para nada. Se me vinieron algunos recuerdos negativos y
quizás al principio estaba un poco nervioso, pero cuando empezó a rodar la
pelota me olvidé de todo.
-Se están jugando un título. ¿Hay espacio para disfrutar en
estos encuentros?
-Yo los disfruto muchísimo. Es hermoso jugar a cancha llena,
con la gente alentando durante los 90 minutos. Estaba convencido de que íbamos
a llegar a la final y asi fue. A mí me gusta jugar como lo hacía antes de ser
futbolista profesional.
-¿Se puede jugar estos partidos como lo hacías en el
potrero?
-No hay que perder el estilo, el potrero es lo que me trajo
hasta acá y no lo voy a cambiar. Sí es cierto que debo tener un poco más de
responsabilidad para retroceder a cubrir espacios cuando el equipo pierde la
pelota.
-¿Ante Libertad fue tu mejor partido?
-Fue uno de los mejores. Jugar una semifinal a esta edad es
algo inolvidable. Hice mucho para estar acá. Todavía no caigo, no puedo creer
donde estoy porque se dio todo muy rápido. Sabía que iba a jugar en Primera,
pero pensé que lo iba a hacer más adelante.
-¿Es Independiente el mejor de la Copa?
-Sí, lo demostramos en todos los partidos. Merecemos estar
en la final. Ahora nos queda el último paso, que es levantar la Copa. Nos
divertimos en este equipo. Holan es un gran técnico y nos transmitió su pasión.
-Ahora la gente juega a favor. Cambiaron silbidos por
aplausos...
-Antes el hincha era impaciente. Dábamos un pase atrás y
empezaban los silbidos. Con el plan de juego de Ariel (Holan) la gente está más
tranquila y hoy disfrutamos más.
-¿En qué momento se dio el cambio?
-Cuando las jugadas de muchos toques empezaron a terminar en
gol. Ahora escuchamos cómo la gente silencia a los que silban. Los hinchas
tienen más paciencia porque empezaron a confiar en nosotros.
-En el segundo tiempo ante Libertad no jugaron como siempre.
¿Por qué se metieron tan atrás?
-El partido y el ambiente nos llevaron a retrasarnos. No fue
una decisión nuestra. Estábamos un poco asustados porque sabíamos que nos
metían un gol y nos quedábamos afuera. No fue fácil controlar la ansiedad
porque el clima que había en las tribunas te ponía la piel de gallina.
-¿Qué impresión te causó Flamengo? ¿Cómo le van a jugar?
-Es un buen equipo, pero vamos a salir a comerlos en
Avellaneda. Será hermoso jugar en el Maracaná, en esa cancha que es inmensa y
va a estar repleta. Soñamos con meter un Maracanazo.
-¿Imaginabas que ibas a terminar el año jugando una final?
-Sí, el objetivo que nos propusimos cuando arrancó el
semestre era ése. Y estábamos convencidos de que íbamos a llegar. Ahora hay que
ganarla.
-¿Por qué Independiente cambió tanto desde que llegó Holan?
-Estamos convencidos de una idea y se formó un equipo con
mucha personalidad. No llegamos hasta acá de casualidad. Dimos vuelta
resultados adversos y demostramos que tenemos mucho carácter. Independiente es
un equipo muy solidario.
-El 13 de diciembre se juega la segunda final. ¿Cómo te
imaginás esa noche?
-Me imagino levantando la Copa. Estamos muy convencidos de
que lo lograremos. Hicimos un esfuerzo tremendo para llegar hasta acá y vamos a
ganarla.
-Holan metió a las glorias en el día a día del plantel.
¿Cómo son esas charlas con los jugadores históricos?
-A veces estamos en la concentración y llegan todos juntos.
Nos cuentan anécdotas de las copas que ganaron. Me emocionan sus historias. Y
les digo que me gustaría estar en su lugar. Hoy tenemos la posibilidad de ganar
la Sudamericana y poner a Independiente en el lugar que se merece. No tengo
dudas de que vamos a ser campeones y después haremos una buena Copa
Libertadores. Ese es el objetivo.
-Tenés mucho diálogo con Bochini. ¿Qué es lo que te remarca?
-Con el Bocha hablo casi siempre, me dio consejos que me han
servido. Él era un jugadorazo que le dio muchísimo a Independiente y trato de
aprovecharlo.
-¿Qué es lo que te aconsejó?
-Que pida la pelota en todo momento. que no me esconda. Y
que siempre que la agarre vaya para adelante y trate de buscar a mis compañeros
con pases filtrados. Esas son las cosas básicas que lo llevaron a ganar todo.
Hablar con él es un privilegio.
-¿Se hace difícil no creérselo cuando llueven tantos
elogios?
-No, lo tomo con mucha tranquilidad. Sé que en el fútbol
pasan estas cosas: jugás bien y sos Maradona, pero al partido siguiente te va
mal y sos un desastre. Escucho los consejos de quienes me rodean. Mi familia,
mi representante y mi novia me guían y me llevan por buen camino. Intento no
darle bola a nadie de afuera y sólo me dedico a jugar. En lo único que pienso
cuando entro a la cancha es en divertirme.
-Se empieza a hablar de un interés de Atlanta United de
Estados Unidos. ¿Es éste el momento de emigrar o vas a esperar un poco?
-Todo eso lo maneja mi representante. Estoy tranquilo y
tengo los pies sobre la tierra. En lo único que pienso es en la final. Quiero
ganarla porque conseguir un título en un club tan grande como Independiente
sería importantísimo para mi carrera.
-¿Qué es lo que más te desvela?
-Salir campeón, seguir creciendo y disfrutando cada vez que
salgo a la cancha. También sueño con conocer a mi ídolo, a un jugador al que
siempre admiré y con el que me encantaría poder tener alguna charla.
-¿A quién te referís?
-A Riquelme. Román sí que fue un genio.
Fuente Olé
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