Por Luciano Bottesi
Una redada de dirigentes en un hotel de Suiza fue la
estocada final para una trama de corrupción mundial que manchó la pelota
durante años. Blatter cayó y, con él, los pilares de un sistema del que aún
sobreviven algunos resabios. Cómo afectó el FIFA Gate al fútbol argentino
La trama del fútbol -la del circo, no la de la pelota en la
cancha-, sufrió un cambio insospechado que modificó una estructura que parecía
firme e indestructible. Tan elocuente, que es posible marcar en la línea de
tiempo del fútbol globalizado un punto sin retorno que establece una división
sin grises de la que se cumplen dos años: antes o después del FIFA Gate.
Si se mira el caso con perspectiva criolla, el congreso que
se celebraría en Zurich estaba signado por un número que debería haber
despertado cierta cautela. El que se celebraba en el Hotel Baur au Lac era el
número 65, y eso en la quiniela significa “el cazador”. La mañana del 27 de
mayo, el lobby y la confitería del hotel suizo resultó una cacería de
dirigentes de las distintas asociaciones del fútbol mundial que veían cómo la
inmunidad futbolística de la que gozaban había dejado de funcionar.
Fue como una vieja razzia de adolescentes, pero de peces
gordos que no entendían qué sucedía y no tenían padres a quienes llamar: Joseph
Blatter estaba también en la mira. “El tipo que desayunaba enfrente mío, de
pronto estaba esposado. Había corridas, policías y gente que se escondía”,
relató oportunamente a DIARIO POPULAR un testigo privilegiado: el entonces
presidente de la AFA, Luis Segura.
Infantino, nueva cara de FIFA, junto a Putin, presidente del
país que acogerá el Mundial 2018
Foto: Alexei Druzhinin AP
La Argentina tuvo su propio infierno ardiendo a la par del
caso FIFA, retroalimentado con co-conspiradores fallecidos, vivos, pedidos de
captura internacional vigentes, prisión domiciliaria y daños colaterales
posteriores. El cambio de paradigma sacó de la cúspide a la Argentina, pero
principalmente movió el tablero y sacudió de una sola vez las fichas que
todavía se acomodan.
Aunque la historia lo resuma con los años de otra manera, la
estructura tuvo su propia resistencia. Pese a las 14 detenciones en el hotel el
27 de mayo de 2015 –principalmente de actores de Conmebol y Concacaf, es decir
el continente americano-, dos días más tarde, Joseph Blatter fue reelegido como
presidente de FIFA por los dirigentes que no habían sido apresados o no habían
abandonado el país en situación de prófugos.
El primer impulso fue intentar reforzar la estructura que la
Justicia –la de Estados Unidos y Suiza- estaba por desmantelar. Cercado, el
sucesor de Joao Avelange y socio intelectual de Julio Grondona, anunció recién
una semana después –el 2 de junio-, la renuncia a su cargo y el llamado a un
congreso extraordinario para elegir su reemplazo. Ese proceso fue largo y
fluctuó al compás de las investigaciones y terminó con Gianni Infantino al
frente de la corporación mundial más poderosa, a la altura del Vaticano, la
gaseosa más conocida del planeta o el país más conquistador.
En la FIFA hubo limpieza obligada tras la "caza"
de dirigentes
Foto: Ennio Leanza / AP
Justamente Estados Unidos miraba de afuera todo ese espectro
de poder que tenía tres aspectos fundamentales: sobornos, fraudes y corrupción.
Esencialmente, la investigación gira en torno a las coimas a cambio de derechos
de transmisión, publicidad y patrocinio de torneos, además de adjudicar sedes
de campeonatos, al menos, a partir de 1990. Es decir que la procuradora
noeyorquina Lorreta Lynch no investiga cómo su país se adjudicó la organización
del mundial, sino todo lo que sucedió luego.
La causa continúa y los próximos dos mundiales son objeto de
investigación: el de Rusia está confirmado y el de Qatar también, pese a la
sospecha de cómo se lograron las plazas. Muchos de los sponsors son auditados
para comprobar su grado de complicidad –aunque los principales, de bandera
estadounidense, hicieron lobby para que rodaran cabezas- y las nuevas
autoridades se empecinan en declarar que aquellos viejos mecanismos de coimas y
privilegios ya está sepultado.
Fuente Diario Popular
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