Por Alberto Ballestero
El proceso arrancó mal con la designación de un técnico que
no estaba entre los que presentaron proyectos, algo que no será redimido ni con
la clasificación al Mundial. De la mano maestra de Pekerman a un momento de
confusión.
Lejos, muy lejos en el tiempo quedaron aquellos momentos en
que las selecciones juveniles argentinas, moldeadas con mano maestra por José
Pekerman, deslumbraban al mundo futbolístico y no se cansaban de sumar títulos
Sudamericanos y Mundiales. Desde hace una década, en cambio, ya nos cuesta
clasificar a los Sudamericanos y muchas veces ni llegamos a los mundiales. El
Sub-20 de Claudio Ubeda está ahora en Ecuador en la antesala de necesitar un
milagro para ser uno de los cuatro seleccionados que estarán en la cita máxima
de Corea, pero aunque lo logre, el éxito momentáneo no alcanzará para tapar una
realidad que muestra a los seleccionados juveniles albicelestes en su peor
momento en décadas. Una especie de “lo atamos con alambre, lo atamos”, como
dice la canción de Ignacio Copani, sirve para graficar la designación de
Claudio Ubeda como entrenador de la Sub 20: se llamó a una convocatoria para
presentar currículum y proyectos, entraron más de 40 en la AFA y la Comisión
Normalizadora eligió a Claudio Ubeda, que no había presentado proyecto. Sin
palabras.
Hay motivos, por supuesto que hay motivos para explicar esta
grave situación por la que están atravesando las selecciones juveniles
argentinas. Esto responde a la más genuina desorganización en la que hoy está
sumido el fútbol nacional, más allá de que todos deseamos que mañana se
produzca el milagro y que el Sub 20 acceda al Mundial que se jugará en Corea
del Sur.
Las culpas del DT
No es el caso de echarle toda la culpa al ex defensor de
Rosario Central, Racing y Huracán, pero tiene su cuota parte al no haber
logrado nunca hacer funcionar a un equipo que tiene buenos jugadores. La
justificación de Ubeda fue que las otras selecciones tuvieron mucho más tiempo
de trabajo que él, lo que se enmarca entonces en la problemática de un fútbol argentino
que hace más de un año que intenta y no puede ni elegir un nuevo presidente
para la AFA.
Entonces en Sub 20 argentino llegó a Ecuador con un cúmulo
de voluntades dispersas en el campo de juego que trataron de hacer lo que
pudieron, pero que nunca lograron elevar el nivel. Y eso que muchos de los
elegidos ya juegan en la primera división del fútbol argentino. Salvo los casos
de Santiago Ascacíbar, de Lautaro Martínez y del pibe Torres de Boca en los
primeros partidos, no se apreciaron actuaciones que estuvieran a la altura de
las circunstancias.
Así anda hoy el fútbol argentino en todos sus estamentos.
Con problemas en la Selección mayor y también en las juveniles. Materia
primera, qué duda cabe, sobra. Pero sin organización y atando todo con alambre
las consecuencias salen a la superficie como está ocurriendo en Ecuador. Dicho
esto sea cuál sea el resultado final de esta historia que se escribirá mañana
con la última fecha del hexagonal.
Fuente Diario Popular

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