Germán Denis fue titular en los últimos dos partidos pero...
Por Walter Vargas
Afirmar o sugerir que Independiente es el único club
argentino en el que suceden cosas llamativas, sugestivas o francamente raras
sería arbitrario, injusto y falaz. El fútbol argentino por definición es tierra
de lo llamativo, de lo sugestivo, de lo raro. En estas benditas tierras del
crisol de razas, granero del mundo, la excepción se ha convertido en regla, la
tormenta en temporal y el Carnaval en cosa de 12 meses.
Esa penosa generalidad, sin embargo, tampoco cancela poner
la lupa en sucesos específicos que se dan en Independiente y no desde hace un
rato. Son crónicos.
Por ejemplo, la forma sistemática en la que cambia de
director técnico y reacomoda las piezas del plantel. Por curiosa coincidencia,
los entrenadores que se van del Rojo más tarde o más temprano disfrutan de la
cresta de la ola y por un no menos curioso desencuentro la mayoría de los
jugadores que llegan han jugado mejor en sus equipos anteriores o jugarán mejor
en los equipos siguientes.
En ese contexto ahora ha caído en desgracia Germán Denis.
Sí, Denis, cuyo regreso fue esperado año tras año con copioso entusiasmo de los
hinchas y de los dirigentes, que al parecer hoy son los mismos que quieren
verlo en la calle a pesar de un contrato vigente. ¿Qué cuenta se le pasa a
Denis? ¿La de no haber rendido lo esperado? ¿La de haber intervenido en defensa
del interés colectivo? ¿Por qué no? El señor Moyano es muy sindicalista salvo
cuando el sindicalismo es ejercido en contra de su investidura de presidente de
Independiente.
En cualquier caso, se ve claro que entre otros lastres que
padece el Rojo en estos estos años destaca el de dinamitar el crédito de sus
ídolos.
Fuente Olé
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