jueves, 24 de noviembre de 2016

La vida en la pensión de Independiente




Por Nahuel Undabarrena

Fernando Langenauer, coordinador general de la pensión de Independiente, habló en exclusiva con Orgullo Rojo y enfatizó en que el trabajo del personal de la misma tiene tres pilares fundamentales para procurar lo mejor para el futbolista; el apoyo psicológico, la educación y la logística.

El coordinador aseguró que, actualmente, son 61 los chicos a los que hospeda el club; la mayoría de ellos por razones de distancia, y unos pocos por vivir en zonas aledañas a Florencio Varela, por ejemplo, y encontrarse en una situación de muy bajos recursos pese a la cercanía al predio de Villa Domínico. La mencionada pensión cuenta con prestaciones tales como habitaciones con buenas camas y colchones, televisión con cable, aire acondicionado frío-calor, muebles exclusivos para los botines, habitaciones destinadas únicamente para jugadores a prueba, un comedor excelente con una amplia cocina completamente refaccionada (al igual que los pisos, los techos y la instalación eléctrica de toda la edificación), vestuarios nuevos y una sala de estudio, la cual es utilizada por los jugadores todas las tardes, y cuenta con apoyo escolar tres veces por semana.


Además, Langenauer remarcó la importancia de la educación: “Antes nadie los acompañaba al colegio, entonces los futbolistas se bajaban en la esquina y se iban a la plaza; en junio estaban todos libres y ninguno iba a la escuela. Por eso, Hernán Burdino (profe y miembro del equipo de trabajo de la pensión) viene desde Merlo para acompañar a los chicos. Ahora, todos van al colegio y futbolista que repite no puede quedarse en la pensión”. El ex coordinador de la pensión de Vélez concluyó: “Nosotros tenemos que formar personas. Tenemos que preparar a los chicos para la vida”, para ilustrar esto, ejemplificó con la promesa del Rojo surgida de las inferiores: “Cuando Ezequiel Barco llegó era un chachivache absoluto. Pasó de año y ha mejorado sus hábitos notablemente. Mejoró mucho la cabeza y eso lo ayudó en la cancha. Un chico que se forma bien, puede resolver las situaciones que se le presentan en el campo de juego con otra cabeza”.

A su vez, le otorgó notable importancia al trabajo de contención que, indudablemente, necesitan los futbolistas: “El mundo de pensión es muy depresivo, es muy duro vivir en un lugar como este, a las 17.15 de la tarde en el predio no queda nadie como para que el jugador tenga actividad humana”, a lo que agregó que debido a eso, y al desarraigo al que se somenten los chicos, es primordial que haya siempre algún miembro del equipo de coordinación disponible las 24 horas.


Fuente Orgullo Rojo

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