jueves, 4 de agosto de 2016

El barril sin fondo de la AFA - Por Gustavo Grabia





Por Gustavo Grabia

El fútbol es de capital importancia en nuestro país. Tanto que los distintos gobiernos que se sucedieron desde la dictadura del 76 en adelante, lo intentaron manipular en su beneficio. Por ello no hubo control estatal ni judicial sobre el mundo de la redonda. Cada vez que se insinuaba una investigación, el poder de extorsión que se ejercía desde Viamonte obraba como disuasivo. Pero la forma en que dilapidaron los fondos recibidos en el último tiempo parece haber llegado a una situación de hastío. Que se manifiesta hoy más que nunca cuando los dirigentes amenazan con no empezar los torneos sin reparar en cuestiones elementales que hacen a su propia responsabilidad en este caos económico en que están sumidos.

Por un lado, la operatoria de recibir cheques posdatados que cambiaban en financieras amigas dejando en el camino hasta un 40% de sus ingresos genuinos. Por otro, los exorbitantes gastos en su presupuesto que exceden por mucho el dinero que reciben. Y por último, la propia decisión de discontinuar el contrato con Fútbol para Todos a partir de 2017. El reclamo por la venta de los derechos televisivos en 2.500 millones tiene sentido si se amplía hasta fin del torneo 16/17. Ahí corresponde un ajuste. Caso contrario, parece un sinsentido que consigan otro aumento de 40% al ya recibido del 30% para este año, cuando la población pelea con paritarias que arañan el 35%, muy por debajo de la inflación. Encima los propios clubes que le deben 960 millones a la AFA siguen incorporando jugadores como si la fiesta aún estuviera en su máximo esplendor y pretendiendo que los excesos, al final de la noche, los pague el Estado. Es decir, todos nosotros, una vez más.


Fuente Olé

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