Por Luciano Bottesi
Hubo varias reuniones en la AFA con el objetivo de hacerle
frente al poder enquistado por Angelici, quien promueve, entre otras
cuestiones, a Juan Sebastián Verón.
La elección del presidente de la Superliga tiene una interna
feroz
Ayer hubo dos reuniones formales en la AFA, una de la
Primera y otra de la B Nacional. Pero antes existió otra fundamental: la de los
clubes disidentes, que apoyan la Superliga pero no comulgan con Daniel Angelici
y su círculo cercano.
Se reunieron al mediodía, convocados por tres dirigentes:
Eduardo Spinosa (Banfield), Luciano Ceferatti (Central) y Luis Spahn (Unión)
con el objetivo de hacerle frente al poder enquistado en el titular de Boca
quien promueve, entre otras cuestiones, a Juan Sebastián Verón -al menos
transitoriamente- al frente de la liga que está por gestarse.
Si bien no
proclaman un nombre, oportunamente pronunciarán el de Marcelo Tinelli, objetado
por Boca, River y hasta el Gobierno.
La negativa a la Bruja no es contra su capacidad, sino un
tiro por elevación a Angelici quien ayer se encontró con una oposición concreta
a la manera en que modela la Super Liga. Quieren un presidente por acuerdo -en
el peor de los casos, votarlo-, pero no de una mesa chica.
De esa reunión inicial nació la idea aprobada por ambas
categorías de conformar dos comisiones para redactar un nuevo estatuto para ser
presentado a la Inspección General de Justicia y constituir formalmente a la
Superliga. Raúl Broglia, titular de Central, estará al frente del aspecto
jurídico y Spinosa, del económico-financiero.
Fuente Diario Popular
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