Di María se resintió de la lesión en el aductor derecho y se
debilita un sector que está al límite; de la molestia muscular de Rojo a la
contractura en el isquiotibial derecho de Gaitán, más Lavezzi fracturado;
Martino se quedó con poco recambio
Por Andrés Eliceche
Gaitán y Rojo, en los ejercicios diferenciados con el
kinesiólogo Araguas. Foto: EFE
JERSEY CITY, Estados Unidos - El problema es el ancho de
banda. La izquierda, para ser precisos. De pronto, la buena conexión
establecida en esa franja empezó a fallar, y la comunicación entró en
cortocircuito. A dos días de la llamada más importante, la gran duda es saber
si se podrá recuperar la señal.
El juego de palabras remite a un problema que la selección
arrastró durante toda la Copa América Centenario: los inconvenientes para cubrir
el lateral izquierdo. De atrás para adelante, y en distintos tramos del
campeonato, tuvieron que dejar el equipo Marcos Rojo, Ángel Di María, Ezequiel
Lavezzi y Nicolás Gaitán. Demasiado. Solo Erik Lamela estuvo todo el tiempo
disponible, y eso le permitió hacerse un lugar más importante que el que tenía
antes del certamen. Tanto que, a esta altura, sus chances de ser titular
cotizan alto en la bolsa de ideas de Gerardo Martino.
El caso que más inquietud genera es el de Di María, el
delantero de París Saint-Germain. Había tenido un buen entrenamiento anteayer a
la mañana en el campus deportvo de la Universidad de Rice, en Houston; mientras
que los que le habían ganado a los Estados Unidos elongaban, él fusilaba a
repetición a Nahuel Guzmán, picaba aquí y allá, frenaba.Todos indicios que
hacían olvidar el desgarro que había sufrido en el aductor derecho ante Panamá.
Pero ayer, en el mismo lugar, la alarma volvió a encenderse, al dejaró la
práctica antes que sus compañeros. Un rato más tarde, la AFA emitió un
comunicado que dejó al jugador en una zona gris: "(.) Por precaución no
completó la práctica de fútbol por una sobrecarga muscular y en los estudios de
control observó la adecuada evolución de la zona lesionada, continuando con su
plan de trabajo preestablecido", se informó.
La cadena de imágenes con Di María sufriendo lesiones en
partidos decisivos reaparece sin esfuerzo de memoria: se perdió la final del
Mundial Sub 20 que ganó con Argentina en 2007, se exigió para llegar a la de
Brasil 2014 pero no pudo y dejó la cancha en el primer tiempo ante Chile, en
Santiago, el año pasado. Juegue de titular o vaya al banco el domingo, Fideo no
estará en su mejor versión física. Y tratándose de uno de los top del equipo,
es un gran problema.
¿Y los otros candidatos a jugar en esa posición? "Di
María está un poco mejor que Gaitán", había dicho Martino, tras la goleada
a los Estados Unidos. La nueva cara de Atlético de Madrid le dio la razón:
sigue corriendo solo en un costado de la cancha, y sus chances de jugar son
mínimas. Como Javier Pastore, el único del plantel por fuera de los dos
arqueros suplentes que no tuvo acción en el torneo. Y no la tendrá. De Lavezzi,
claro, ni hablar: hoy será operado, en esta ciudad, de la fractura en su codo
izquierdo.
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Si el sol del miércoles le dejó lugar a las sombras del
jueves también fue por el efecto Rojo. El lateral, otra vez, hizo ejercicios
físicos menores: la contractura en el muslo izquierdo no le da margen para
exigirse. Y su caso encierra una dificultad extra: no hay en el plantel un
suplente natural del defensor de Manchester United. Cuando no jugó, como ante
Bolivia, lo reemplazó Funes Mori, que le cedió su lugar en el centro de la
defensa a Víctor Cuesta.
Contra ese listado de preocupaciones juega la fe y el
convencimiento de que, más allá de todo, esta vez tiene que ser. Así lo sienten
estos jugadores, que en su mayoría serán parte de su tercera final consecutiva
con la selección. Por más que si la final contra Chile fuera esta tarde, de
todos los que se sentarán en el banco de suplentes el domingo estarían en
óptimas condiciones Andújar, Guzmán, Roncaglia, Cuesta, Maidana, Kranevitter y
Agüero. Por más que la relación entre el plantel y la AFA esté en un punto
helado, como quedó otra vez patentado. Y por más que el ancho de banda no
ofrezca certezas.
Fuente Cancha Llena
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