El futuro pinta para el optimismo. Con tranquilidad y
sabiendo que Gabriel Milito será nuestra bandera para volver a ser lo que
fuimos.
Independiente celebró seguido en Quilmes.
Por Beto Tisinovich
El triunfo frente a Quilmes deja la sensación de que hay
material para pensar en grande. Claro, también la pena de haber dejado pasar
una gran chance de estar en la final contra Lanús. Otra vez el equipo que paró
el inteligente Berón tuvo lo que todos los hinchas de Independiente queremos:
protagonismo, audacia y pasajes de buen fútbol. Sólo le faltó más contundencia
para conseguir una goleada histórica frente a un rival que hizo mucho para
nuestro descenso en 2013. Igual, como viene la cosa, volverán a su lugar de
origen en poco tiempo. Terminamos el torneo con la alegría de la merecida
convocatoria de Cuesta a la Selección, viendo a un recuperado Benítez, a un
jugador incisivo como Rigoni, que la garra de Tagliafico no se negocia, y que
el arquero que venga tendrá que ganarle el puesto a Campaña. Por todo esto el
futuro pinta para el optimismo. Con tranquilidad y sabiendo que Gabriel Milito
será nuestra bandera para volver a ser lo que fuimos. Con la actitud de anoche
y las ideas claras del Gaby, lo único que tenemos que bajar es la ansiedad
porque estamos en el camino de la reconstrucción. La institución crece día a
día a pesar de que siempre aparece una roca en Avenida Mitre 470. Como la plata
que hay que pagarle al dirigente que le ganó un juicio al CAI. Increíble. Creo
que expulsarlo es poco. Ni olvido ni perdón a esos señores místicos que nos llevaron
al peor destino. Ahora a recargar pilas porque me parece que lo bueno, y mucho,
está por llegar.
Tengamos fe, carajo.
Fuente Olé
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