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martes, 3 de mayo de 2016

Las culpas que carga Pellegrino




Por Ariel Senosiain

River puede pelearle el rótulo si no se clasifica a cuartos de la Copa en la semana. Pero por ahora no hay dudas: Independiente es la decepción del año. Y como siempre sucede, la duda pasa por el grado de responsabilidad del técnico.

Del último partido quedó la sensación de que lo condenó la falta de gol. No le conviene reparar en la falta de efectividad: en otros momentos consiguió victorias por contundencia, no desde el rendimiento. En 13 fechas, el equipo de Pellegrino jugó muy bien 45’ vs. San Lorenzo, bien contra Vélez y poco más.

Para llegar a instancias decisivas, es obvio, primero hay que ganar muchos partidos. De esos partidos que no quedan en la memoria y el Rojo ganó. Eso sí, al momento de dar el zarpazo, nunca estuvo a la altura. Nunca pareció un equipo ganador; no tuvo ese intangible que se arma muchas veces desde la cabeza del conductor.

Pellegrino suele realizar una lectura de los partidos interesante y hasta didáctica frente a la prensa. Paradójicamente, durante esos encuentros, hizo cambios controvertidos sacando de la cancha al que estaba jugando bien; el último, Aquino contra San Lorenzo, el jugador que incluyó más veces de lo que la gente hubiese preferido.

El DT propone, los jugadores disponen. Ellos cargan con lo suyo. El año pasado, cuando aparecía Méndez, Independiente jugaba bien y cuando aparecía Benítez, Independiente ganaba. Este año los dos desaparecieron hasta perder el puesto de a ratos o por completo.

Y la ausencia repetida de Diego Vera y Cebolla Rodríguez se transformó en la principal excusa. Es cierto, son decisivos. Tan cierto como que a Pellegrino le armaron un plantel con recambio como para pelear hasta el final.


Fuente Olé

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