Por Cristian Fernández
Independiente derrotó 3-1 a Banfield con goles de
Tagliafico, Vera y Benítez. Comenzó perdiendo, por el tanto de Simeone, y
jugando realmente mal. SI bien el rendimiento no fue el mejor, obtuvo tres
puntos que lo mantienen con chances.
No fue un buen rendimiento el de Independiente. Sí es un
punto a resaltar la contundencia del equipo y sobre todo de los que pisaron en
el área. Porque más allá de un mano a mano de Rodrigo Gómez en el segundo
tiempo y de otra de Diego Vera que se fue muy arriba, fue poco lo que llegó el
Rojo y mucho lo que anotó.
Ya de arranque hubo una sorpresa chocante para los hinchas
de Independiente. Germán Denis salió directo para el banco de suplentes. Si
bien, según se presagió en la semana, el Droopy era quien le iba a dejar su
lugar en el once inicial a Cristian Rodríguez, el Cebolla reemplazó al Tanque.
Así las cosas, Banfield fue quien manejó los hilos del
primer tiempo. Por lo menos hasta los 30 minutos. Independiente con doble línea
de cuatro, y Vera y Rodríguez muy solos para la contra, no lastimaba ni se
cuidaba. En fin, no la pasaba peor, porque el Taladro carecía de profundidad.
Es más, la única jugada clara del local terminó en el cabezazo y gol de Gio
Simeone.
El Rojo no hacía pie. No jugaba. No tenía la pelota. Mal,
definitivamente. Y, dentro de esta realidad, alcanzó el empate. En la primera
jugada colectiva puso en ataque a sus dos laterales y estos se encargaron de
igualar. Sí, porque el centro de Gustavo Toledo fue directo para Nicolás
Tagliafico que con un remate fortísimo rompió el arco de Hilario y alcanzó el
1-1.
Ahí, apareció el Rojo. Y tanto fue así, que dos minutos más
tarde, tras un centro preciso de Emiliano Rigoni, Diego Vera saltó entre todas
camisetas de Banfield y con un movimiento magistral de su cuerpo cabeceó la
pelota y la puso en el segundo palo. Así, Independiente pasaba adelante en el
marcador, 2-1, y su rival parecía herido de muerte.
Así se fue el primer tiempo y comenzó el complemento.
Banfield intentó de arranque, pero lo cierto es que nunca logró inquietar con
firmeza. Independiente tenía todo para dañar con la contra. Por eso, Pellegrino
envió a la cancha a Martín Benítez por el Droopy.
El Misio ingresó por izquierda y tuvo su recompensa por
derecha. Una jugada que fue de una punta a la otra, derivó en Rigoni que
descargó en Benítez. Este, con una marca encima se acomodó y sacó un remate
seco, alto y muy fuerte para hacer estéril el movimiento tibio de Hilario
Navarro. Iban 18 minutos y lucía liquidado con el 3-1.
Todo lo que quedó de juego sirvió para que Germán Denis vea
acción al igual que Jesús Méndez. La realidad es que ni Banfield ni
Independiente hicieron mucho más por el partido. El local fue por empuje y
vergüenza a tratar de descontar y el Rojo parecía agazapado para una contra que
nunca tuvo un final feliz. Lo cierto es que esta noche el Rojo dormirá a tres
puntos de Central, por lo menos hasta que se sepa el resultado de su visita a
Patronato.
Fuente Infierno Rojo



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