La Justicia allanó a Loquillo Rodríguez, ex capobarra del
Rojo, por el crimen del hincha de Quilmes, quien fue despedido en el estadio.
Fabián Animal Guzmán fue asesinado el domingo junto a su
pequeña hija de tres años.
Por Gustavo Grabia
Promediaba la mañana en Quilmes y el plantel entrenaba en el
predio anexo al estadio, cuando de pronto un micro con 40 personas se estacionó
sobre la puerta cuatro, la que da entrada a la tribuna local del Centenario.
También había un auto fúnebre y vehículos particulares. El portón se abrió de
par en par y mientras los jugadores hacían de cuenta que nada sucedía, parte de
la barra nueva, sindicalistas de UPCN e integrantes de otras barras, como de
River y Estudiantes que lo habían conocido por su trabajo en el Ministerio de
Desarrollo Social de la Nación, le daban el último adiós en la popular a Fabián
Guzmán, el Animal, asesinado el domingo junto a su hija de tres años en medio
de la criminal interna de la barra brava Cervecera. Con autorización de la
institución, la ceremonia que ya tiene antecedentes duró el tiempo suficiente
para cumplir con el rito y exigir justicia, antes de seguir al Cementerio.
En el club nadie se hizo cargo de lo ocurrido, aunque
admiten que Guzmán era de los más respetados en la tribuna, a diferencia de
quienes vinieron después. Y mientras la Policía intentó desvincular el hecho de
la guerra barra, la Justicia confirmó la hipótesis imputando del suceso a
Mauricio Rodríguez, jefe de la facción disidente, a uno de sus secuaces,
apodado Tomy, y nada más ni nada menos que a César Loquillo Rodríguez, hermano
de Mauricio y ex jefe de la barra brava de Independiente, cuya casa fue
allanada en la noche del lunes aunque la Policía no lo encontró. Atento a esto,
ayer Loquillo avisó a la fiscal Karina Gallo por medio de sus abogados que es
inocente y se pone a disposición, pero no apareció por Tribunales.
La fiscal sabe con qué bueyes ara: ya debió intervenir en la
anterior batalla por la popu de Quilmes, el 15/7/15, cuando fue baleado el ex
jefe Ramiro Bustamante, hecho por el cual perdió la tribuna en manos de
Mauricio Rodríguez.
En esta ocasión, la interna se desató tras la derrota del
Frente para la Victoria a nivel provincial y municipal. Porque el grupo de
Rodríguez, con asiento en el barrio La Cañada e integrantes de Independiente y
Lanús, tenía un acuerdo con la Policía y protección de integrantes infieles de
la anterior Aprevide. Con el nuevo gobierno, las agrupaciones vieron la chance
de ganar la tribuna y lo lograron en el debut en el Centenario frente a Colón,
y ratificaron su dominio en el partido con Patronato. Ahí los desplazados
pasaron a las armas: primero tirotearon la casa y el auto de Goyo, pilar en la
nueva barra, y cuando se enteraron que gente de la vieja guardia como el Animal
Guzmán estaba en tratativas para volver y apoyar a los nuevos popes, fueron y
lo mataron. A él y a la criatura que tenía en brazos. Por este clima, el
partido frente a Olimpo del viernes se adelantó a las 17 horas.
Fuente Olé
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