Por Esteban Chiacchio.
Insistencia con jugadores que siguen sin arribar a un nivel
aceptable y decisiones tácticas que dejan de ser simple filosofía del
entrenador para comenzar a tener cierto aroma a capricho.
Si Independiente
había quedado con un pie afuera de la pelea por el torneo tras el tropiezo ante
Rosario Central y el empate (con sabor a caída) ante Racing, lo sucedido en El
Monumental frente a River Plate nos desplaza
a años luz de cualquier expectativa de alzarse con la competición que
actualmente disputamos
Duele muchísimo, es cierto. Pero la negación del director
técnico no ayuda: Mauricio Pellegrino deslizó ante la prensa que esto no era el
final. ‘Final’ netamente este hecho no es.
Hoy es otro día como cualquier otro
y nuestra existencia no se va a apagar por una despedida adelantada de un
trofeo que anhelábamos. Pero futbolísticamente hablando, Independiente demostró
incapacidad de reinventarse y afronta este primer semestre completamente a la
deriva, aun buscando la horma de su zapato.
El equipo no tiene identidad, una
moneda corriente en estos últimos años, y las ideas comienzan a escasear.
Destellos de Victor Cuesta, Nicolás Tagliafico y Germán Denis son rescatables de la velada
disputada ante River.
Y ahí caemos nuevamente en los extraños despliegues de
Pellegrino, que casi religiosamente decide sacar a Denis cuando el segundo
tiempo ni siquiera arribo a su mitad.
¿Es ciclo cumplido el del DT?
Esa respuesta solo se sabe puertas adentro de la
institución.
¿Hay diferencias del Independiente de Pellegrino con el de
Almirón?
¿Del de Pellegrino con el de Brindisi versión 2013?
¿Ó el de Gallego?
Más allá del plantel que estos entrenadores han poseído, los
resultados han corrido siempre la misma suerte. La única excepción, ‘el único
héroe en este lío’, es Omar De Felippe, quien si bien tampoco logró buen juego
en la B Nacional, llevó al ascenso a un plantel sumamente limitado.
No podemos esquivar la polémica en torno a Diego ‘El Ruso’
Rodríguez, responsable en el gol de Lucas Alario. No podría agregar nada que no
haya sido dicho en estas últimas horas.
Martín Campaña ha sido una incorporación de peso
futbolístico y monetario. Merece su oportunidad, no solo por mérito propio sino
por el bajo nivel que Rodríguez está demostrando en campo de juego. Pero, sobre
todo, por la alarmante falta de autocrítica que el portero suele deslizar en
los medios de comunicación.
Independiente está en deuda con sus hinchas. Pero pareciera
que no lo sabe. O que no lo quiere saber.
Una nueva decepción que tendremos que
acarrear en este poco promisorio 2016. Por lo que más quieran, jugadores y
cuerpo técnico, tuerzan este presente gris.
Fuente El Gran Campeón
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