El Diablo pasó el peine

Tras la ida de Lucero, del Rojo se fueron 27 jugadores entre ventas, fin de contratos, rescisiones y préstamos.

            

El Johor le dio la bienvenida a Lucero. Al CAI le entran cerca de 20 millones de pesos.

Por Beto Tisinovich

Uno de los problemas que Independiente acarreaba de gestiones anteriores era la cantidad de contratos. A fin de 2015 superaban los 60 y por eso los dirigentes que comanda Hugo Moyano, además de querer reforzar el plantel, buscaron la forma de achicar el número de profesionales. En primer medida, para reducir gastos, y por que Pellegrino no quiere tener más de 30 players bajo su tutela. Por eso al cierre de este receso el Rojo se libró de 27 vínculos y depuró de lo lindo. Ahora la cifra de contratos que paga mensualmente no llega a los 40 y la tesorería tiene un poco más de aire.

Un gran logro de esta gestión fue la vender jugadores. El CAI no transfería desde la mala operación de Patricio Rodríguez al Santos en julio 2012 bajo la conducción de Javier Cantero. Cedió el 50% en 1.500.000 de dólares, pero los brasileños cuentan con los derechos y lo han prestado a Estudiantes y el Johor de Malasia, y en Avenida Mitre 470 no vieron ni un verde. Igual, y después de mucho batallar, pudo ceder a Mancuello, que casi queda libre, al Flamengo. Al mismo tiempo, transfirió a Pisano al Cruzeiro y el lunes Lucero se marchó a Malasia. Plata fresca que sirve para tener a los jugadores y empleados al día, y también para pagar deudas como la que existía con Cruzeiro del préstamo de Farías (U$S 680.000) que nunca fue abonado por la horrible gestión mística.

Pero la depuración más dura fue en las rescisiones y préstamos. En este último ítem, pudo arreglar con Olimpo la cesión por 18 meses de Pizzini, uno de los sueldos más alto que había en el plantel, ya que la renovación de su contrato la hicieron muy cercana a su libertad de acción. Otro caso es la terminación del vínculo con Villafáñez (llegó con Comparada), por quien a cambio de una deuda le entregaron el pase. Como se nota (ver Le dieron salida ), el achicamiento fue amplio y necesario.

Fuente Olé