Por Diego Borinsky: 09/12/2015.
Idolo en Huracán, a pocos meses de cumplir 20 años de su
debut profesional, repasa
Su historia en River, Independiente, Europa, México y hasta
la Selección.
1 Te cruzás por la calle con Krupoviesa, ¿lo saludás? Sí, sí
(risas), si lo volví a cruzar en una cancha y me pidió disculpas por la patada
que me dio. Le dije que no había problemas, que son circunstancias del partido.
Uno no pega con la intención de lastimar, creo yo, sino para sacar ventaja o
cortar una jugada, como pasó aquella vez en la Bombonera, donde él era el
último hombre y yo me iba derecho al gol. Por ahí queda más espectacular porque
fue en un clásico y porque Boca lo terminó empatando sobre la hora con un penal
de Palermo, porque si lo ganábamos nosotros, no se lo recordaría tanto.
2 ¿Te dolió tanto como se ve por la tele? No, porque me
agarró en el aire. Me dolió más el cuello cuando caí para atrás que la patada
en sí (risas). En la despedida de Battaglia, le hicieron una nota y el propio
Krupoviesa declaró que la gente lo recuerda más por esa patada que me dio que
por el resto de las cosas que hizo en Boca. Cada vez que hay un clásico y me
cruzo con hinchas de River, me preguntan: “¿Te dolió la patada?”. Cuando la
pasan por la tele, mi nene también me pregunta lo mismo. Y los de Boca me
dicen: “Uy, me acuerdo la patada que te dio Krupoviesa”…
3 Rolfi, Daniel o Gastón, ¿qué es lo que más escuchás?
Rolfi, gana el Rolfi. De la puerta para afuera, soy Rolfi; en mi casa y con mi
familia, es mucho más Gastón. Y Daniel me lo dicen muy poquitos, casi nadie.
4 ¿Por qué te dicen Rolfi a vos y no a tu hermano Ariel, que
es mayor? Mi hermano siempre fue Ariel y por ahí como yo soy Daniel se
confundía un poco, entonces pasé a ser Rolfi chico, por mi viejo, que se llama
Rodolfo. Y quedó.
5 ¿Te gusta Rolfi o no? Sí, sí, ya estoy identificado, está
bueno tener un apodo. Igual, en algunos lugares me llaman Rodolfo. Ya no
corrijo más. No tengo ganas de explicar toda la historia de que no me llamo
así, sino que es por mi viejo. Me ha pasado que al hacer un trámite me pusieran
Rodolfo, ahí sí corregía para evitar problemas a futuro.
6 ¿Quién es Daniel Gastón “El Rolfi” Montenegro? Soy la
misma persona que cuando empecé a jugar a la pelota. Con otras
responsabilidades pero siempre tratando de divertirme. Y es lo que le voy a
inculcar a mi nene: que esto es un juego, más allá de todo lo que se vive en
este país con el tema del fútbol, que es medio pesado. Que lo tome de esa
manera, que lo disfrute. El que me conoce de cuando era chico y el que me ve
ahora, me ve más viejo nada más, pero la manera de ser y la manera de tratar a
las personas no las perdí, son las mismas. Lo más importante de cada uno es la
esencia y el saber de dónde viene.
7 Pero muchos futbolistas pierden todo eso… Es fácil
perderlo, obvio, más ahora que alcanzás la fama en dos minutos y es mucho más
accesible que antes. Cuando yo empecé, sólo te hacías conocido por lo que
mostrabas dentro del campo de juego, ahora es más fácil hacerte conocido.
Antes, sin las redes sociales ni tantos partidos que dan por la tele, la única
chance era que la rompieras el domingo y que alguien te viera a la noche en
alguna repetición de los goles. Muchas veces la rompías y nadie se enteraba.
8 ¿Qué hace tu hermano? Se quedó a vivir en Córdoba, España,
donde se retiró, y dirige a un club de la C. Hace bastante que no lo veo,
porque no viene para acá, y yo, ir para Europa, mucho menos…
9 ¿Sigue existiendo Defensores de Tablada? Existe, sí, como
también Flecha de Oro, son los clubes de baby donde empecé a patear, pero hace
tiempo que no voy por ahí porque cuando no estoy concentrado o jugando llevo a
Valentín, mi hijo de 7 años, a El Barrio, que es el club donde juega él al
baby, por acá cerca. Y si no, lo acompaño a cancha de once los domingos, en
Lanús.
10 ¿Por qué Lanús y no Huracán? Se dio porque a una cuadra
de casa vive Julián Kmet, que es técnico en las infantiles de Lanús, y me
insistió para llevarlo. A Valentín le gusta mucho el fútbol. En México lo
llevaba conmigo al club pero no lo dejaban jugar porque era chico, tenía 4
años. Mis dos hijas mujeres, Tiziana y Chiara, juegan al hockey.
11 ¿Cuál era la clave para que le pegaras tan fuerte a la
pelota? Viene de herencia, me parece, porque mi papá y mi hermano también le
pegaban muy bien. Es algo natural, que después uno puede ir corrigiendo. Cuando
sos chiquito, te ayuda mucho el baby. Yo sentí que ahí me enseñaron bastante.
12 ¿Qué te enseñaron? Cordón. Todo cordón. Esa era la
indicación, la técnica para patear al arco: darle con los cordones. No había
manera de errarle. Cuando sos más grande, querés hacer goles tres dedos, o
querés ubicarla, pero la técnica que a uno le queda es la que te enseñan de
chico, porque cuando sos chico sos una esponja y te queda todo. Cordones, ésa
era la palabra clave (risas).
En familia, con su hermano mayor, Ariel, y su hermana menor,
Anabella. sonrisa de atorrante.
13 ¿Laburaste de pibe? Salíamos con unos amigos a juntar
botellas después de las fiestas, por el barrio, en Tablada. Las botellas de
sidra, sobre todo. Nos juntábamos con mi hermano o con amigos, había que
levantarse temprano el 25 de diciembre o el 1 de enero para que no se las
llevaran otros, agarrábamos un carro o carretilla, y a juntar botellas.
Sabíamos cuáles eran las casas donde se chupaba más. Y después las vendíamos y
sacábamos unos mangos para tener un ahorrito.
14 Si tuvieras que llenar una ficha futbolera, en el rubro
“posición”, ¿qué ponés? Difícil (risas)… Ehhhh… mediapunta.
15 Jugaste varias veces con la 10, ¿te consideraste
enganche? No tanto. Yo metía bastantes goles y el enganche no es de meter
tantos goles. No tenía pausa, como un Riquelme, por ejemplo, ahora un poco sí
porque estoy más viejo (risas), pero a mí me dabas la pelota y yo iba para
adelante. Me han dado la tarea de crear en varios equipos, pero por lo general
compartiendo con otro, como con el Pocho (Insúa) en Independiente o Lucho
(González) en Huracán.
16 ¿Te sentías incómodo cuando te hacían jugar de 10? No, yo
sabía que podía hacerlo, pero no tenía la pausa, eso siempre me faltó. Yo sabía
que podía sacar ventaja con la explosión y el remate, entonces no me frenaba
para armar el juego.
17 ¿La camiseta 10 pesa o es un mito? Vos la usaste en
Independiente y en River… Son camisetas que tienen su historia. Te puede pesar
o no, depende de cada uno. Yo estoy feliz de haberlas usado, es un orgullo,
nunca sentí que me pesaran. Lo del número yo no lo tomo como algo
significativo.
18 ¿Te enojaste cuando viste la tapa de El Gráfico con el
título “El Heredero” y la 10 del Rojo? Fue medio raro. Obviamente hacía dos
meses que había llegado, y no podía nunca estar a la altura de Bochini, que fue
ídolo 20 años en el club. En ese momento no entendía cómo era el juego este del
periodismo, ya de grande lo entiendo un poco mejor. Igual, esa tapa es un
hermoso recuerdo. Nadie me quita el orgullo de haber usado la 10 del Rojo.
19 En abril del 2017 se cumplirán 20 años de tu debut,
¿llegás? Esperemos llegar, sí. Nunca me lo propuse, y ahora tampoco, sólo
intento disfrutar el día a día, así llevo mi vida. Tengo contrato hasta fin de
año con Huracán y aún no pensé nada, porque nunca fui de programarme para lo que
pudiera pasar. El fútbol es tan cambiante…
20 ¿De qué depende? Cuando ves que te cuesta entrenar o que
no podés aguantar el ritmo, y la competencia se hace más pesada, ahí se
complica, pero mientras el físico te dé… Por ahora yo me siento bien, estaba volviendo
a agarrar el ritmo, la continuidad que necesitaba, y justo me desgarré el
gemelo, pero la verdad que me siento bien. El día que me sienta mal, no jugaré
más. Por ahora no se me cruzó retirarme.
Producción para El Gráfico, en 1998, los hermanos en veredas
enfrentadas, clásico barrial.
21 ¿Te vas a retirar en Huracán o hay espacio para otro club más? No sé, por ahora estoy acá y disfrutándolo. Por ahí uno está así, bárbaro, y de repente viene un loquito y te suspende todo (risas).
22 ¿Cuando termines con el fútbol vas a jugar al básquet
como Sixto Peralta? No, no tengo tanta moral como Mumo (risas), aparte no me da
la altura…
23 ¿Tenés claro el futuro después del retiro? No lo sé, por
las dudas hice el curso de entrenador. Me gustaría, pero no sé qué pasará.
Mientras tanto, hago cosas, no es que estoy acá en casa tomando mate. Tengo
negocios, construimos con mi socio.
24 ¿Por qué tanta inestabilidad en tu carrera? Tuviste 4
etapas en Independiente, 2 en River, 3 en Huracán… Pero eso también significa
que hiciste las cosas bien. No es fácil volver a un club después de irte. Para
mí hubiese sido más fácil quedarme en Francia, donde el Olympique me había
firmado un contrato por seis años, y cobrar todos los meses, pero nunca fue mi
intención y por eso fui cambiando.
25 ¿Por qué tantos cambios? Así se da el fútbol. Ojalá me
hubiera podido quedar toda la carrera en Huracán, que no necesitara irme,
porque el fútbol argentino te da lo que vos precisás, porque el club tampoco
necesita que te vayas, ojalá todos vivieran de esa manera, pero es muy difícil.
26 ¿Por qué en una época se te dio por regalarle los penales
a tus compañeros? Fueron dos solos, tampoco exageremos. En Independiente. Uno,
porque se trataba de un compañero que no había metido ningún gol en Primera,
Mariano Herrón. Y el otro, porque se iba del club, pero sabía que pateaba bien,
Oscar Ustari. Tampoco se los di a uno que los fuera a patear mal.
27 Lo más loco que te pasó en Rusia. ¿Aparte de la pelea que
tuvimos? (risas) Esa fue brava, en un clásico con el CSKA. Una batalla campal
que se armó cuando nos metieron el gol en el minuto 89.
28 Barijho seguro separaba y llevaba calma, ¿no? Sí, sí, claro (risas), después se metió la gente de la tribuna, yo creo que ellos cobraron un poquito más. El Malevo (Ferreyra) jugaba para ellos, pero lo dejamos a un costado, con él no nos metimos. Nosotros teníamos a varios picantes, estaba el Chipi, el Polaco Bastía, dos brasileños grandotes. Barijho, al lado de los brasileños, parecía flaquito, imaginate. Al final la ligó el Polaco, pobre, le dieron 5 fechas.
29 ¿Cómo la piloteabas con el frío? Me ponía calzas,
guantes, tomaba té, pero te cagabas de frío igual. Ahí volvimos un poco al
fútbol amateur, porque los rusos tenían mucha plata pero había un solo juego de
camisetas para todo el partido, nos teníamos que llevar la ropa a casa para
lavarla, nos lustrábamos los botines, nos hacíamos cargo de todo. Ahí te mata
el agua nieve, que se te queda en el pelo, en las cejas, en todos lados.
Teníamos dos traductores, uno ruso-español y otro ruso- brasileño, y se ponían
detrás de nosotros, y a medida que el entrenador daba la charla, nos iban
traduciendo.
30 ¿De qué equipo son hinchas tus hijos? Una de mis hijas es
de Boca y la otra de River. Y el nene es de donde juega su papá, así que es de
Huracán. Esperemos que siga…
31 ¿Recomendarías a otro futbolista que un empresario compre
su pase, como te pasó a vos con Grinbank? Depende qué empresario sea, yo con
Daniel nunca tuve un problema. Me compró cuando estaba en Olympique, para darle
una mano a Independiente, que iba último. Y así llegamos con varios jugadores y
terminamos siendo campeones en 2002.
32 ¿Es verdad que hiciste ponerle a Grinbank una cláusula
especial, porque si no, no firmabas? Sí, una cláusula en la que decía que nunca
iba a jugar en San Lorenzo. Viste, a ver si venían un día y me decían: “Te
quiere San Lorenzo, tenés que jugar ahí”. Con los empresarios no se sabe, tenía
que prevenir. Hasta que no me pusieron eso, no firmé. Pensá que yo entré a los
9 años a Huracán.
33 ¿Qué hincha creés que es el que más te quiere? Pasé
etapas y etapas. En Independiente, en un momento me querían… y en otro, me
querían matar (risas). En Huracán lo mismo. En este país es muy difícil quedar
bien con todos, si vas a un lado, se enoja uno; vas a otro y se enoja otro. En
su momento por ahí la gente no entiende cómo es todo.
34 ¿Y cuál es el hincha que más te odia? Creo que el de
Racing, porque les metí muchos goles y no perdí ningún clásico. El de San
Lorenzo tampoco me quiere porque soy hincha de Huracán, pero si escuchás en la
calle hablar, creo que el de Racing me putea más.
Así se grita un gol en el clásico contra San Lorenzo, en
cancha de Vélez, por el Clausura 98. Para sacarse la camiseta y revolearla con
ganas.
35 ¿Por qué te besaste la camiseta de River contra
Independiente? Es mentira eso. Yo había ido con River a la cancha de
Independiente, por el campeonato, estaba haciendo la entrada en calor y ya me
puteaban y me tiraban cosas de la platea. Recién al segundo partido, por la
Sudamericana, me dieron una patada, 7 puntos atrás de la rodilla, salí al
costado y ahí me puteaban todos y todavía no había metido el gol. No es que me
putearon porque les grité un gol. No. Me putearon antes de que metiera el gol.
36 ¿Quién vio al mejor Montenegro? Tuve momentos muy buenos
en varios equipos: con Independiente en 2000 y 2002, coronado con un título. En
River, en 2006; con Huracán en el Clausura 2002 o mismo cuando me vendieron la
primera vez. Si tengo que elegir un solo momento, te digo que me marcó mucho el
Apertura 02 con Independiente.
37 Tu día más feliz en el fútbol. Cada campeonato ganado te
llena de felicidad. Agradezco muchísimo haber vuelto y poder salir campeón en
Huracán, que era algo pendiente. Cuando Huracán ganó la Copa Argentina, su
primer título después de 40 años, me dio pena no poder participar, así que
ganar la Supercopa contra River, aunque estuviera en el banco y no entrara un
minuto, la disfruté como si hubiese jugado.
38 El día más triste. Cuando nos fuimos a la B con
Independiente. Con Huracán también me pasó en el 98, pero recién debutaba, y se
veía venir.
39 ¿Cuando volviste por última vez a Independiente se te
cruzó que se podían ir a la B? Claro que sí, porque eran seis meses nada más.
Si hubiera llegado con un año por delante para pelearla, era distinto. Pero
hice lo que sentía en el momento: volver y darle una mano, fuese cual fuese el
resultado. Por eso firmé un contrato por un año y medio y no por seis meses.
Las opciones eran dos: o el equipo se salvaba y disfrutaba un año en Primera o
se producía la catástrofe y le ponía el pecho en el Nacional B.
40 ¿Cómo la veías interiormente cuando llegaste? Que nos
íbamos a salvar, además habíamos tenido un arranque bueno, jugadores de
calidad, un cuerpo técnico ilusionado.
41 ¿Lloraste? Hacia afuera, no. Cuando se puso complicado el
tema con el descenso, hablé con mi mujer y le dije que no iba a llorar en
público, porque a mis hijos les inculqué desde siempre que esto es un juego y
se tienen que divertir, entonces no quería dar esa imagen. Lo expresé puertas para
adentro, estuve un año y medio sin poder salir y pasándola mal pero no quería
demostrarles a ellos la tristeza que sentía.
Tres joyitas del semillero quemero: Rolfi, Gastón Casas y
Sixto Peralta. Montenegro arrancó en Huracán a los 9 años y va por su tercera
etapa.
42 ¿Lo tomás como una mancha en tu carrera? La mancha está, no la voy a ocultar, por más que no haya jugado los 3 años del promedio, sino sólo seis meses. No tengo problemas.
43 ¿Te pone mal? No, porque yo fui a hacer lo que sentía.
Tenía un montón de ofertas de clubes mexicanos, pensá que fui tres años y medio
capitán del América, pero si el Rojo bajaba, iba a sentir ese vacío porque no
había intentado ayudarlo.
44 ¿Imaginabas que iba a ser tan duro el Nacional B?
Sabíamos que iba a ser difícil porque éramos el equipo a vencer, nos
identificábamos con lo que le había pasado a River el año anterior. Sabíamos
que íbamos a ir por ese camino. Pasamos muchos altibajos, nos fuimos de
vacaciones estando en puestos de ascenso, después la pasamos muy mal y al final
metimos una levantada que otra vez nos puso en zona de ascenso. Pero al
principio fue muy duro, muy difícil cambiar el chip rápido.
45 ¿Qué sentiste cuando supiste que debías enfrentar a
Huracán en el desempate por el ascenso, en 2014? Fue terrible para mí, porque
además si le hubiéramos ganado a Patronato en casa en la última fecha se
terminaba todo y me evitaba esa situación desagradable. En ese momento me
reprobaron por no haber vuelto a Huracán y sí a Independiente, pero nunca me
llamaron de Huracán. Me sentí mal, pero lo cierto es que yo quería ganar con
Independiente, veníamos luchando hacía un año, una etapa durísima. Puteé, porque
tengo muchos amigos de Huracán. ¿Por qué me toca a mí llegar a esta situación?
Me sentía muy raro, por suerte a los seis meses subió también Huracán.
46 ¿Puede ser que tengas un solo partido oficial en la
Selección? Jugué en dos amistosos: uno contra Chile, con Basile, y el otro
contra Guatemala, con Diego. Oficial uno sólo, sí: el 1-6 en La Paz.
47 Buena estadística… ¡Qué voy a hacer! Lo importante es que
jugué. Diego me hizo entrar para que debutara oficialmente. Lo más cómico es
que me hizo entrar faltando 15 minutos, se me acercó y me dijo: “Hacé lo que
puedas”. Y bueno, a los dos minutos me quedó una pelota y le di al arco. Pasó
cerca.
48 En La Paz debe ser jodido hacer hasta la entrada en
calor, ¿no? Sí, terrible. Encima, hacía dos meses Diego había ido a jugar un
partido con Evo Morales para apoyarlos, porque les querían sacar la localía en
la altura. Siempre por la tele yo veía los tubos de oxígeno en los vestuarios,
pero nosotros llegamos ese día y no había nada, el vestuario estaba pelado. Te imaginás
que después de todo lo que armó Diego, no podíamos decir nada. La ligamos
nosotros.
49 ¿Te llegaste a ilusionar con ir al Mundial? No sé si
ilusionar, pero me sentía parte de ese grupo. Con Maradona fui a todas las
convocatorias hasta que me compró el América de México, en 2009. Diego llamaba
a sólo tres jugadores de acá, cuando eran amistosos en Europa, y yo era uno de
esos tres. No jugaba pero me servía mucho de experiencia, entrenar con todos
jugadores de clubes importantes de Europa.
50 ¿Ahí conociste a Messi? Sí, un fenómeno. En las prácticas
todos sabíamos que iba a enganchar para el medio, pero así y todo nadie lo
podía parar. Eso es lo espectacular de Messi: sabés lo que va a hacer, pero es
imposible pararlo. Muchos me preguntaban cómo era y yo lo veía, en ese momento,
como un chico de 20 años pero que cuando entraba a la cancha tenía 50, porque
se cargaba toda la responsabilidad. Veía a diario la presión que tenía cada vez
que entraba a jugar. Y después como persona, un crack. Conmigo se ha portado
100 puntos.
51 ¿En qué? Con mi nene. Lo he visto en los partidos que
jugamos de amigos de Messi contra los de Ronaldinho o en algún viaje que hizo
él a Cancún. Cuando viene con la Selección lo llevo a mi nene al predio y lo
tiene media hora pateando. Cuando mi nene después cuenta que estuvo pateando
con Messi, la gente que lo escucha no lo puede creer. Les cuenta que Messi le
enseñó a hacer jueguito. Esas cosas para mí son impagables, más allá de lo que
pueda hacer dentro del campo de juego.
52 ¿Te comunicaste por la lesión que sufrió? Sí, para ver
cómo estaba, me contó cómo fue la lesión y todo eso.
53 ¿Hablás o te mensajeás por whatsapp? Por mensajes. Muchos
amigos me cargan porque en mi celu tengo números de teléfonos que muchos
quisieran tener, pero para mí es algo normal.
54 ¿De quién más tenés? De Román, de Carlitos, de
Mascherano. Con Masche concentrábamos juntos en River, en un momento me fui a
Rusia, volví, y como él estaba en la habitación con Lucho (González) y ninguno
quería irse, terminamos durmiendo los tres en la misma pieza, con un colchón en
el piso. Yo me cagaba de risa porque los dos estudiaban portugués, uno para
irse al Porto y el otro al Corinthians. Los escuchaba y los cargaba.
55 El mejor técnico que tuviste y el peor. Noooo (risas)
Todos te dejan cosas. Algunos te pueden dejar cosas de fútbol y otros de la
vida. Una de las personas que te da esa calma es Miguel Brindisi, a quien tuve
en Huracán y en Independiente. Es el día de hoy que sigo hablando con él. De
fútbol sabemos todos, creo que es más importante lo humano.
Festejando un gol con la Sub 20 en el Sudamericano de Mar
del Plata, donde fue campeón.
56 Alguno que no te hayas bancado… El conflicto más grande
lo tuve con Almirón, pero me parece un técnico muy capaz, ojo, lo que no me
gustó fue el manejo.
57 Que no te hablara de frente… Yo tuve muchísimas charlas
con él, mano a mano. Era una relación normal, hablábamos mucho de fútbol, de la
vida, pero no compartí para nada lo que hizo al final, de avisarme el último día
que no me iba a tener en cuenta, cuando podría haberlo hecho en las vacaciones
para que me buscara un club. Estaba volviendo de Mar del Plata con la familia
en el auto, todos ahí arriba, y tuve que bajarme en Puerto Madero para hablar
con él. Y esto fue un día antes de que me presentara para iniciar la
pretemporada. El me decía que no fuera y yo le dije que iba a ir porque tenía
un contrato.
58 ¿Te explicó por qué? Supuestamente sí, porque no entraba
en su esquema, pero el problema es que había tenido mucho tiempo para decírmelo
y que yo me pudiera buscar club. Hubiésemos terminado mejor. Porque si te
enterás por los periodistas que no vas a estar más en un club, no está bueno…
59 ¿Ejecutó una línea que le bajaron de arriba? Eso nunca lo
sabré.
60 ¿Lo hablaste con Moyano? Es que si le vas a preguntar y
te dice que es la decisión del técnico, no hay más que preguntar.
61 Los mejores amigos del fútbol. En el fútbol es complicado
tener muchos amigos, porque vas compartiendo con los de tu plantel. El Pocho
(Insúa) y Lucho (González) son dos personas con las que me sigo viendo y
hablando, Gaby (Milito) también….
62 ¿Manuel Pellegrini te llamó la atención como técnico
cuando lo tuviste en River? Sí, recuerdo que fue uno de los primeros técnicos
que implementó el tema del espacio reducido. Antes no se hacía como trabajo.
Cuando alguien hablaba de “espacio reducido” se trataba de un picado, pero
Manuel lo implementaba como una forma de entrenar. Son los trabajos que hoy
hacen casi todos, pero él lo hacía hace 12 años: cinco contra cinco, tres
contra tres, apoyo, todo con pelota, dinámico, pateás al arquito.
En Independiente tuvo cuatro etapas. Una primera corta y
fructífera de seis meses en el 2000.
63 En 2003 te presentaron en River y a las dos semanas llegó
Gallardo como refuerzo, ¿pensaste que no ibas a jugar ni un partido? No, no,
porque River tenía dos torneos por delante. Para mí fue muy importante que
estuvieran él y el Matador Salas, gente que conocía el club y te ayudaba a
entender ciertas cosas.
64 ¿Te temblaron las patitas cuando fuiste a patear el penal
contra Boca en la semifinal de la Libertadores 2004? No, porque estaba seguro a
dónde lo iba a patear. Por cómo se dio el trámite del partido, de agarrarnos la
cabeza por el gol de Tevez a ganarlo en el descuento con el de Nasuti, para
llegar a los penales, no tenía dudas en que lo iba a patear fuerte y cruzado.
Abbondanzieri se tiró a ese lado pero no llegó. No fue fácil, igual.
65 ¿Fue el partido con mayor tensión que viviste? Por cómo
se dio, sí, era el primer clásico sin público visitante. El vestuario fue de
gran tristeza, la sensación de haberlo tenido tan cerca y quedarte sin nada.
Mucho llanto, una pena.
66 ¿Por qué, a mediados de 2006, dejaste la pretemporada de
River en plena Copa Libertadores? No fue así. A mí se me terminaba el contrato
en junio y River tenía una opción de compra. El primer día no me presenté
porque ya estaba sin contrato y Daniel (Passarella) me pidió que me quedara
entrenando con ellos, que él iba a hacer fuerza para que me compraran. Pasó una
semana, no hubo novedad y me tuve que ir, porque aparte si a mí en esa semana
me pasaba algo, nadie se iba a hacer responsable. Después me fui y trajeron
cinco jugadores.
67 ¿Cómo te fue en el América? No salimos campeones pero me
fue bien a mí y al equipo, porque el club venía de varios años sin clasificar a
la liguilla y en tres años y medio entramos a todas menos a una.
68 Jugar en el Azteca debe ser groso, ¿o no? ¡Qué te parece!
Hay mucha historia. Además, mi ídolo de chico fue Diego. Toda la gente que me
iba a visitar quería ir a conocer el Azteca, querían ver desde dónde había
arrancado la jugada. Pasé muchas veces por ahí y decís: ¿cómo hizo para llegar
ahí y gambetear a los que gambeteó?
69 Te faltaba el Negro Enrique para que te diera el pase.
¡Pero sabés qué loco: mi primer gol en México lo hice en el Azteca desde atrás
de mitad de cancha! Pateando, eh, eludiendo no llego (risas). Se lo hice a
Cristante, le ganamos 7-2 al Toluca.
En el 2002 ganó el Apertura formando una gran sociedad con
el Pocho Insúa.
70 ¿El América de México puede tumbar al Barcelona? Como
poder puede, como el Cruz Azul también le podía ganar al Real Madrid el año
pasado y perdió 4-0.
71 ¿Sos medio arisco con la prensa o me parece? No sé si
arisco, antes tenía la costumbre de salir mucho, ahora no siento esa necesidad.
Si es algo más específico, lo hago, pero salir por salir para que te escuchen
decir siempre lo mismo, ya no, antes por ahí me ayudaba.
72 ¿Sos de leer y escuchar programas deportivos? Leo y
escucho, sí, me gusta estar informado.
73 ¿El compañero con el que mejor te entendiste en una
cancha? El Pocho y Lucho fueron dos con los que me entendí muy bien, más que
nada porque teníamos que compartir la creación.
74 ¿Qué te faltó para rendir en Europa? Tener la continuidad
que tuve acá, o el nombre que tuve acá para que me den más oportunidades. Hoy
es más visible en Europa lo que hacés acá. Antes, cuando te ibas, sólo te
conocía el director deportivo o el técnico, y si ellos se iban, pasabas a ser
uno más. El Olympique me compró con 19 años, me quiso mandar a préstamo a otro
equipo porque en el plantel tenía muchísimos jugadores, para foguearme. Igual
jugaba, pero cuando se fue el técnico, Rolland Courbis, vino un brasileño que
trajo 5 jugadores, y listo, entonces decidí irme.
75 ¿En qué se equivocó Cantero? Si pasamos por lo que
pasamos, se habrá equivocado en muchas cosas. Pero yo llegué al final, cuando
ya no le perdonaban nada, entonces no te puedo decir sobre lo que hizo o dejó
de hacer al principio porque yo no estaba.
76 ¿Cómo puede cambiar tanto un equipo con el mismo plantel?
Te pregunto por Huracán, Independiente, Quilmes… A veces viene alguien que
desde afuera ve un par de cosas y las modifica. Puede cambiar un sistema y el
equipo lo absorbe bien, y entonces la diferencia se va a notar.
Con otro amigo, Lucho González.
77 También puede haber un desgaste con el técnico y que ya
no llegue más el mensaje… La relación se puede ir desgastando pero si vos
innovás en tu manera de trabajar, no tiene por qué desgastarse. Lo peor que le
puede pasar a un futbolista es la costumbre o el sentirse titular, no tener
competencia. Eso es lo peor que puede pasar, por eso los equipos grandes no
sólo tienen competencia los fines de semana, tienen competencia de lunes a
viernes.
78 ¿Qué es Huracán? Un club familiero, por el que han pasado
grandísimos jugadores. A mí me ha marcado mucho en mi vida, son demasiados
años, toda mi infancia y mi adolescencia,
desde cuando tenía 9 años y jugaba un Mundialito con esa camiseta y
ahora con 36 poder dar una vuelta olímpica. Es mi casa.
79 ¿Dónde jugaste un Mundialito? En General Roca, año 1992.
Fuimos en tren, más de 24 horas de viaje, sin escalas. Y Vélez, que también
llegó a la final, fue en avión. Pero íbamos con una ilusión… de viajar, de
jugar un Mundial. Eramos chicos de 10 u 11 años. Perdimos esa final con Vélez,
hermosa experiencia, me acuerdo que éramos tan chiquitos que entrábamos
acostados, arriba, en el lugar donde ponían las valijas en el tren.
80 ¿Por qué creés que Huracán sacó buenos juveniles en estos
años a pesar de la malaria? Porque para mucha gente Huracán es un grande y por
ahí, entre llevar a un chico a un club que estaba mejor pero no era tan importante,
decían: “Mejor llevémoslo a Huracán”. Todavía existe eso, y con las cosas que
se consiguieron se van a generar más todavía.
81 ¿Notás muchas diferencias en el club entre tu debut y
hoy? En lo futbolístico muchísimo, en la infraestructura también, pero siempre
se puede mejorar. Soy de los que piensan que cuando lo futbolístico anda bien
es el momento para sacar beneficio en otras partes. Estructuralmente, que te
miren a los jugadores de otra manera, con otro precio. Cristian (Espinoza),
Cacu (Romero Gamarra), Luquitas Villarroel, son todos chicos que tienen la
posibilidad de mostrarse en una Sudamericana o una Libertadores. Antes los
jugadores que vendía Huracán eran por el fútbol local, no por el internacional.
82 ¿Qué chicos te sorprendieron en Huracán en esta etapa? Me
gustó mucho Cristian (Espinoza). Es muy difícil encontrar hoy pibes
sacrificados a los que les tengas que decir “bajá dos cambios”. Lo más normal
hoy es que al pibe le tengas que decir: “Dale hermano, corré”. Otro que me
sorprendió es Wanchope: muy inteligente, define por momentos muy bien y en
otros lo querés matar, pero te da esa descarga, para nosotros es muy
importante. A veces cae mucho en offside porque juega al límite, en la última
línea de los defensores, porque sabe que no tiene velocidad para ganar en el
pique.
83 Por Mataderos no te podés ni acercar a la cancha, me
imagino… Ahí hubo un malentendido. La gente de Chicago sabía que yo había
hablado con Huracán, y se durmieron cuando en el último día, Huracán presentó
ese amparo que les dio la posibilidad de poder anotarme. El único que podía
hacer eso era Chicago por lo de Gomito, pero Huracán metió el amparo para tener
un cupo más, lo aceptaron y me fui al Globo.
84 ¿En Chicago sabían que entre Huracán y Chicago, vos
preferías Huracán? Y… se caía de maduro eso.
85 ¿Te asustaste mucho el día del secuestro? Sí, pero
intenté mantener la calma. En un momento los secuestradores me preguntaron:
“¿Por qué estás tan tranquilo?”. Les contesté: “Porque si me pongo loco
terminamos mal todos”. Fue un secuestro exprés al voleo, me cruzaron el auto en
la General Paz, se me metieron al auto, pasaron a mi mujer y a los chicos a un
auto de atrás y me hicieron venir a casa y sacar plata. Por suerte no subieron
a casa conmigo, les di la plata y me dejaron en la Shell de Fuerte Apache. En
un momento faltaba la llave de casa y la tenía mi mujer en la cartera.
Enseguida la trajeron, eso me tranquilizó, quería decir que estaban atrás de
nosotros. Los tipos sabían lo que hacían, iban dos y dos, con armas.
86 ¿Tomaste recaudos desde entonces? Sí, algún recaudo tomé
pero igual… Escuchame, me levantaron arriba de la General Paz, no es que me
metí en una zona complicada. Me cruzaron el auto adelante y me levantaron en el
medio de la General Paz.
87 ¿Qué es lo que más te gusta del ambiente del fútbol?
Llegar temprano y tomar el mate previo al entrenamiento es lo mejor, con la
música atrás de fondo. Eso es lo mejor y lo que voy a extrañar, porque a una
cancha podés entrar cuando quieras; al vestuario, no. Y más si sos técnico,
porque entrás al de al lado y te miran de reojo.
88 ¿Muchas veces tuviste que dejar la deuda en un club para
que se haga un pase? Sí. No me preguntes dónde va esa plata, porque no sé. Te
dicen: “Esto no lo cobrás”, y punto. O te tenés que ir para cobrar, eso también
pasa, porque por ahí no te pagan durante el año y te incorporan esa deuda a la
plata en la que te vendieron.
89 ¿Los técnicos cometeros en el fútbol argentino son
mayoría? Nunca me tocó, te digo la verdad. Y si un técnico me pidiera plata, no
iría a ese club. Es lo peor que te puede pasar. Además, imaginate a tus
compañeros pensando: “Este juega porque le dio plata al técnico”. Es muy feo.
Ya escuchándolo suena feo, imaginate si te toca hacerlo, es una locura.
90 ¿Qué te pasó en el Osasuna? Era un equipo de mitad de
tabla, que trataba siempre de mantenerse y con eso llevarla. Jugué bastante
hasta que llegó un entrenador, que fue clarito conmigo: me dijo que íbamos a
jugar con dos grandotes arriba y que yo la iba a ver pasar, así que le dije
gracias, le di la mano y me fui a otro lado. Lotina era el DT. Bien el tipo:
tenía claro qué quería, me lo dijo de frente y después yo pude decidir qué
hacer.
91 Que es lo que no te pasó con Almirón. Claro. Si Almirón
me hubiera dicho: “En este esquema no vas a jugar”, listo, le doy la mano, le
agradezco, y me voy de otra manera, tengo tiempo para organizarme.
92 ¿Por qué se llega a una situación así? No sé, a mí no me
tenés que preguntar. Además, venía de un torneo medianamente bueno con
Independiente, que peleamos hasta el final. Yo había jugado 18 de los 19
partidos y cuando en mis vacaciones escuchaba o leía que me iban a limpiar o
que no entraba en los planes, por dentro decía: “Los periodistas me quieren
limpiar”, ¿por qué tanto runrún? Después, cuando la versión es cada vez más
fuerte en el tiempo, decís: “Alguien lo está tirando”.
93 En un momento declaraste: “están embarrando la cancha”
pero al final terminaste aflojando, ¿por qué? Porque ya sabía que no había
marcha atrás, y si yo me quedaba, iba a ser un obstáculo para todos. Fijate que
en la presentación de los refuerzos coreaban mi nombre, y ya no estaba bueno
eso, me sentía mal, porque empezaba un ciclo. Yo se lo dije a Almirón: “Si vos
me das la posibilidad de entrenar o de estar ahí, yo no te voy a molestar”.
Sólo quería que me diera la mínima chance de jugar si notaba que estaba mejor
que un compañero.
94 Y no te la dio… No, pero por otro lado, me dejó ir a la
pretemporada, estuve una semana con ellos y tenía alguna esperanza. A
diferencia de lo que ocurrió con ocho compañeros míos, me dejaron pasar al
hotel, me dieron un cuarto, la ropa y estuve una semana entrenando, entonces
eso me daba una ilusión. Porque también me podrían haber dicho que no entraba,
como les pasó a los otros chicos. Pero cuando vi que el tiempo pasaba y estaba
todo peor y les estaba haciendo mal a mis compañeros, dije: “Ya está, no tiene
sentido”. Ahí rescindí y me fui.
95 ¿Cómo te comunicaron que tenías que entrenarte con la
Reserva de Independiente? Por una carta documento: me tenía que presentar con
Fernando Berón a entrenarme con la Reserva. Los fines de semana me iba a casa
para no ponerlo en ningún compromiso.
96 ¿Te puso mal la situación? Sí, claro que me sentí mal,
creo que no merecía ese trato. Los pibes se portaron 10 puntos; el otro día,
que jugamos contra Independiente, me vinieron a saludar todos. Y Berón también
se portó muy bien conmigo, eso es valorable.
97 ¿Qué es portarse bien en ese caso? Dejarme entrenar con
ellos, ser partícipe de las prácticas de fútbol, de un táctico, de cualquier
cosa que hicieran en la semana. No es que hacían fútbol y a mí me mandaba a
correr alrededor de la cancha, no, yo hacía fútbol con ellos.
98 ¿Sentís que rendiste en tu carrera de acuerdo a tus condiciones
o que estabas para más? Creo que rendí de acuerdo a mis condiciones. He marcado
la diferencia en clubes importantes en los que por ahí a otros les ha costado
mucho. Por otro lado, los que me conocen saben que cada vez que me entreno, lo
hago en serio, o que cada vez que me toca estar, di lo máximo. ¿Viste que hay
casos en los que se dice: “Este pibe era un crack pero después no le dio, no
quería entrenar, estaba de joda”? Bueno, no es mi caso. Después, quizás uno
espera un poco más de otro, pero yo estoy conforme con lo que di.
99 ¿Existen los “pecho frío” en el fútbol o es un mito? No
sé, porque algunos le dicen pecho frío al que no corre, al que no se tira al
piso, pero en el fútbol también existe el que piensa y el que juega. A ver:
¿cuántos defensores pecho fríos hay? Ninguno, no, porque generalmente son de
mitad de cancha para arriba, pero los pecho fríos, al final, son los que te
meten el gol o el pase gol. Se les dice así a los que juegan bien a la pelota,
a los que son discontinuos, a los que no corren...
100 Está Almirón haciendo dedo en el desierto, ¿lo levantás?
Si lo veo… por ahí no lo veo (risas).
Por Diego Borinsky / Fotos: Federico López Claro y Archivo
El Gráfico
Nota publicada en la edición de noviembre de 2015 de El
Gráfico
Publico El Gran Campeón
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