Festejo argentino en Barranquilla.
Argentina dejó una gran imagen en el caldo de Barranquilla
para conseguir el primer triunfo en las Eliminatorias. Enorme en su pequeñez,
Biglia fue figura y autor del gol. El equipo del Tata se oxigenó en un estadio
de grandes gestas. Y en la que viene, vuelve Messi
Por Federico Rozenbaum
Biglia por aquí. Biglia por allá. Que viva la Biglia. La
Argentina consiguió una nueva vida en las Eliminatorias. Lo hizo como tanto se
esperaba de este equipo, con juego de alto vuelo, con ese corazón que piden los
momentos de dudas, cambiando la imagen del arranque a Rusia 2018. El calor de
Barranquilla no pudo. No. Porque la Selección hizo agua a un ambiente adverso y
a un rival, el de Pekerman, que quedó chiquito.
Si Martino decía que este partido puede ser un golpe anímico
para lo que viene, la Selección consiguió el propósito. Es difícil que el
fútbol salga tal cual se lo planifica. Acá se dio de la manera que lo quiso el
Tata. Con el control del juego en el 90% del encuentro. Eso tiene un doble
mérito si se mira el termómetro, el cansancio que ya arrastraban los jugadores
del choque ante Brasil y la ausencia de Messi y compañía. La única mala de la
tarde fue el golpe de Mercado.
La burbujeante intensidad de Colombia duró aquel primer
desborde sobre la banda de Marcos Rojo. Acto seguido, Biglia acomodó los
tantos. Acá mando yo, les dijo a James, a Mejía, a Torres, y a sus propios
compañeros. De su mano, Argentina se acomodó, juntó líneas, y fue y volvió de
manera coordinada. Así, a la espera, llegó el casi gol de Higuaín tras un
desborde de Dí María.
A Biglia le sobraba agua y recursos para desdoblarse, para
quitar y pasar, para generar esa gran contra que abrió para Banega y terminó
tocando el 1-0 en posición de 9. Justo, demasiado justo para un equipo al que
la suerte muchas veces lo deja en Barranquilla.
EL RESUMEN
EL GOL DE BIGLIA
Pero claro que Biglia no jugó solo. Enorme lo de la defensa
para achicar espacios hacia adelante y anticipar a Teo, a Bacca y no dejar
jugar a James. Los cambios de Pekerman en el segundo tiempo, cuando metió tres
puntas, no afectó la tranquilidad del fondo. Otamendi siguió sacando todo de
arriba, Funes Mori confirmó su sana inconsciencia para jugar partidos
importantes y Mercado venía cumpliendo de sobra hasta el golpe.
El reparto de roles en el medio fue otro de los factores
positivos de la Selección. Mérito de Mascherano para poner la cola donde había
que ponerla -sólo se confundió en una contra de James- y de Banega a la hora de
ser armador, marcador o auxiliar de turno de Biglia.
"Otamendi siguió sacando todo de arriba, Funes Mori confirmó
su sana inconsciencia para jugar partidos importantes"
La historia, parece, vuelve a cambiar en Barranquilla. Hay
equipo, señores. Se puede quedar tranquilos Messi, Tevez, el Kun, Pastore... La
Argentina está Biglia.
Fuente Olé
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