Martino 'traicionó' un estilo, Higuaín volvió a fallar en
momentos clave y Argentina perdió la Final de la Copa América en los penales:
Chile es campeón por primera vez
Luego de 120 minutos de juego donde no se 'tocó' el
resultado y el encuentro terminó 0-0, la Selección falló en los penales (4-1) y
otra vez se quedó con las manos vacías.
Martino tuvo responsabilidad directa en
el resultado, habiendo jugado el partido definitorio sin asumir riesgos,
resignando protagonismo y 'traicionando' una idea que tantas veces se encargó
de defender.
Higuaín, nuevamente quedó marcado, ya que erró en jugadas
decisivas: un gol en el último minuto y su disparo desde los doce pasos.
Messi,
otra vez ausente; aunque fue víctima del sistema defensivo impuesto por el
"Tata".
Sin dudas, el equipo argentino no estuvo a la altura, ante un
rival que jugó como siempre e impuso sus ideas, dejando a Sampaoli como el gran
ganador táctico.
Una frustración más, y van... La Copa América se escapó de
las manos de la Selección, pese a que llegaba como gran favorito y con la
mayoría de sus figuras en un elevado nivel. El resultado no se movió del 0-0 en
los 90' regulares y tampoco en el suplementario de media hora, que obligó a
definir al campeón en la tanda de penales. En el Estadio Nacional, Sergio
Romero no pudo ser el salvador como en oportunidades anteriores y Chile dio una
vuelta olímpica inédita para su historia futbolística con el triunfo 4-1.
Sin duda alguna, Gerardo Martino será uno de los principales
responsables de la debacle nacional en el juego más esperado del certamen
continental.
Traicionó sus ideas, dejó de lado su estilo predilecto, nada menos
que en el compromiso más trascendente de todos en la campaña del otro lado de
la Cordillera. Le entregó la pelota a la "Roja", resignó el
protagonista, apostó a lastimar de contragolpe con una genialidad y para colmo
de males se equivocó en cada una de las decisiones para modificar jugadores.
En un partido de trámite parejo, los anfitriones sacaron
ventaja desde el punto de vista táctico, físico y psicológico. En la historia
de ajedrez, Jorge Sampaoli venció por fallo unánime al "Tata".
Respetó su filosofía de monopolizar la tenencia de balón, lastimando por las
bandas y asfixiando con una presión alta. La buena tarea de los centrales
Martín Demichelis y Nicolás Otamendi hizo lo suyo para desactivar los ataques
locales, pero no queda discusión que el elenco dueño de casa dejó una imagen
más destacada.
De hecho, en 120' de acción, Argentina solamente pateó dos
veces al arco defendido por Claudio Bravo. A los 46' del primer tiempo, Javier
Pastore desbordó por la banda izquierda, enganchó con un regate sensacional y
ejecutó un centro atrás para Ezequiel Lavezzi (entró a los 25' por el lesionado
Ángel Di María), quien definió sin efectividad a las manos del guardavallas. La
otra chance neta de gol fue en el descuento del complemento, con un ataque
liderado por Lionel Messi en velocidad, abriéndola hacia la izquierda para el
"Pocho", con un pase al medio que Gonzalo Higuaín dilapidó de manera
insólita. Sobrevolaron los fantasmas de Río de Janeiro.
La presión tuvo injerencia directa en el desarrollo del
alargue, donde apenas hubo una situación de peligro generada por Chile; como
Javier Mascherano (terminó 'tocado') pifió en un cierre, Alexis Sánchez se fue
en soledad con el balón en sus pies, pero cuando pisó el área disparó con violencia
por encima del travesaño. Así, el cuarto intermedio hacia los penales fue
inevitable. El principio del fin para las esperanzas argentinas.
Allí, se acabó el hechizo de "Chiquito" para con
los rivales. Matías Fernández, Arturo Vidal, Charles Aránguiz y Alexis,
picándola, sentenciaron una victoria inapelable y merecida. Messi convirtió su
remate con un certero zurdazo, pero "Pipita" -que parece haber
cerrado un capítulo de su vida en el seleccionado- la tiró a las nubes y Éver
Banega la colocó sin convicción hacia el costado que eligió Bravo.
Se esperaba más de la "Pulga", pero también de
todos sus compañeros. La "Albiceleste" no cumplió el objetivo y no
habrá consuelo para soportar otro subcampeonato, a un año del desenlace con
derrota en la Copa del Mundo de Brasil, básicamente por darle la espalda a la
escuela que pregona Martino. Ya son 22 años de sequía en competiciones
oficiales y un nuevo sueño se esfumó, de la noche a la mañana. Duele. Y
demasiado.
Fuente Play Fútbol
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