Por Pablo Vignola. DIARIO POPULAR.
El Rojo no protagoniza un espejismo: lo que mostró en el
reinicio del torneo ante Olimpo, lo confirmó en el Sur del conurbano con
Temperley. Los cambios son anímicos, pero también físicos.
Lo anunció en el debut de Pellegrino ante Olimpo y lo
confirmó, de visitante, frente a Temperley. Independiente cambió, mejoró en
varios detalles. En los últimos años, cada tanto, el equipo de Avellaneda
mostraba alguna idea interesante impulsada por bríos renovados e ilusionaba a
su gente; pero siete días después se reencontraba con sus dudas y defectos y
volvía a decepcionar. Esta vez, algo parece haberse modificado no sólo desde lo
anímico.
Porque es fácil entender que, ni bien llega un entrenador,
los jugadores redoblen su esfuerzo para dar una muestra de actitud en el
arranque; pero esa rebeldía, muchas veces no tarda en perder fuerzas. Sin
embargo, en este caso, en el Independiente de Pellegrino se advierten otros
factores favorables.
Por un lado, el plan de juego parece sólidamente incorporado
a los futbolistas, incluso a la hora de modificar el guión por la ausencia de
Méndez, por ejemplo, el que había marcado los tiempos en el primera capítulo de
la nueva era.
Pero también se advierte una mayor responsabilidad en cuanto
a la puesta a punto física. Para ello, el cuerpo técnico prestó especial
atención a la alimentación de cada jugador y empezó a corregir los malos
hábitos. Los desayunos y almuerzos se llevan a cabo bajo la supervisión de
especialistas y los resultados se notan en la respuesta física del equipo y en
las figuras de Martín Benítez y, especialmente, de Claudio Aquino, que parece
otro jugador comparado con el rollizo que llegó de Godoy Cruz.
También hay que tener en cuenta un mensaje claro, sereno y
muy serio del entrenador que logró el compromiso que responde a la
credibilidad. Con un cargamento de ideas renovadoras traídas de Europa que
evidentemente convencen a los jugadores.
Pero lo que permite apuntalar definitivamente esta mirada
positiva es que hasta este momento, Independiente no echó mano a todo su
potencial. Porque aún espera la habilitación de sus cuatro refuerzos, porque
tiene en la mira el desembarco de un nombre europeo para dar el salto de
calidad en ese rubro como el Cebolla Rodríguez, porque desde la semana que
viene podrá contar con Mancuello y porque en unas semanas más también
recuperará al Torito Diego Rodríguez.
De esta manera, la actualidad de Independiente parece estar
parada sobre el terreno más fértil de los últimos tiempos; debe mejorar, es
cierto, pero esa tarea la encarará desde un escalón elevado, con la confianza
templada y la sangre purificada. Sin dudas, algo cambió.
Fuente Diario Popular
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