Por Carlos Maidana
Independiente, al igual que ante Sarmiento, dominó la
posesión de la pelota. En esta oportunidad, fue más efectivo a la hora de
resolver.
En el rápido análisis tras el triunfo ante Quilmes, varios
aventuraron que se dio un partido similar al de la primera fecha, ante
Newell’s: en condición de visitante, estando arriba del marcador y
sobreponiéndose a un empate, terminó el partido con un jugador de más. Sin
embargo, hubo una diferencia sustancial entre el debut y la victoria ante los
de Julio Falcioni.
Independiente tuvo la pelota y a partir de esa tenencia,
decidió que y como atacar. Al igual que ante Sarmiento, el Rojo dominó la
posesión de la pelota, pero esta vez supo cuando y como golpear. Generó más
situaciones de gol que su rival, con 7 remates directos al arco.
También, los de Jorge Almirón fueron más efectivos a la hora
de los pases. De 347, el Rojo tuvo una precisión del 93 por ciento, con 320
pases correctos. Con paciencia, Independiente supo construir y elaborar, ya sea
como en la gran jugada que derivó en el gol de Federico Mancuello, como en el
contraataque del gol de Lucas Albertengo.
Fuente Infierno Rojo
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