“Yo me quiero quedar mucho tiempo en Independiente”, dice en
una charla a fondo con Clarín el técnico, en la que no le escapa a las
consecuencias de prescindir del Rolfi. También habla del estilo del equipo y
del grupo.
Un hombre de convicciones firmes. Jorge Almirón asegura que
no dudó en el tema Montenegro: “Las decisiones que tomé en mi vida siempre
fueron para crecer”.
Camina sonriente por el lobby del hotel que funciona como
búnker de la pretemporada de Independiente en Pilar. Después del almuerzo,
Jorge Almirón cancela la siesta para conversar a solas con Clarín. Se lo nota
entusiasmado. Lo dice: “Estoy muy conforme con los chicos que se van sumando y
también con los que estuvieron en el proceso anterior. Ver cómo se están
entrenando todos me motiva”. La timidez le pinta un perfil de tipo serio, sin
muchas ganas de socializar. Sin embargo, ese no es el verdadero Almirón. Cuando
la confianza se lo permite, queda al descubierto su simpatía por las charlas de
café sin relojear la hora. Habrá sumado para su buen humor el hecho de que haya
dejado atrás el conflicto con Daniel Montenegro, quien sigue con la Reserva en
Villa Domínico mientras arregla su salida. Pero, eso no le impide al técnico
tocar ese tema y todos los temas de la agenda del Diablo.
-Buscás traer jugadores que conocés: Lucero, Rodríguez,
Aquino... ¿Por qué? ¿Te da mayor seguridad?
-Saben cómo trabajo y yo sé cómo son. Es una ventaja, pero
no quiere decir que van a rendir. Ojalá que sí. Estoy seguro de que el club
recuperará la inversión que hizo con ellos. Tienen que entender que esta es la
oportunidad de sus vidas.
-¿Qué te falta?
-Un volante por derecha, para que haya alternativas y se
potencie el equipo. También un central.
-¿Ya sabés cómo vas a jugar?
-Más o menos. Los chicos que venían jugando tienen la
prioridad en estos partidos iniciales y dependerá del nivel que muestren para
mantenerse. Si no, probaremos con alternativas. Hay que armar un equipo base y
mantenerlo.
-¿Vas a seguir yendo al frente, aunque a veces queden
expuestos?
-Sí, porque es mi manera de sentir el fútbol. Este club que
representamos lo siente así. Históricamente, Independiente tuvo equipos que
jugaban bien al fútbol. Las convicciones no las negocio, más allá de la flexibilidad
que pueda existir en determinadas situaciones. No voy a cambiar nunca mi manera
de pensar el juego.
-A veces quedan demasiado desnudos en el fondo. ¿Eso se
puede solucionar o es la forma de jugar?
-Esto no deja de ser un juego dinámico y se cometen errores.
Un pase puede salir mal... Son los riesgos que se corre. Se puede mejorar.
-El goleador del equipo es Mancuello. ¿Preocupa la falta de
gol de los delanteros?
-No. Fue responsabilidad mía. Muchas veces jugamos con dos
extremos y un solo punta. Entonces dependemos de los desbordes y de que la
pelota le llegue al nueve entre los dos centrales. Otras jugamos con dos
delanteros. Fui cambiando y el jugador necesita continuidad, sobre todo el
delantero.
-La salida de Montenegro fue un impacto. ¿Cómo quedó el
vestuario?
-No ha cambiado. La convivencia siempre fue buena. No me
meto en el mundo del plantel. Los líderes surgen por decantación y yo charlo
con ellos, que manejan el vestuario. Confío en ellos porque son líderes
positivos y quieren crecer.
-¿Fue una de las decisiones más fuertes de tu carrera como
DT?
-Fue una decisión difícil por los nombres propios. En
Independiente, el nombre Montenegro tiene mucho más peso que el mío. Pero, yo
tengo que tomar decisiones por el equipo. Me podía haber quedado tranquilo y
seguir igual, pero no soy así.
-¿Eras consciente de la repercusión que se iba generar?
-Sí, pero no dudé. Las decisiones que tomé en mi vida
siempre fueron para crecer. Uno no tiene la intención de lastimar a nadie. A mí
como jugador me pasó.
-¿Y en ese momento lo entendiste?
-No, uno se enoja. En Morelia estuve mucho tiempo y cuando
me tocó salir no lo entendía. Pero, con el tiempo pude darme cuenta.
-¿Rolfi va a entenderlo con el tiempo?
-Hablo de mí. Cada uno es diferente. Yo en ese momento
estaba muy dolido. Hice autocrítica y me di cuenta de que yo ya no era el mismo
tipo que había llegado al club con hambre. Teniendo un nombre, hacía menos de
lo que se esperaba de mí. Cuando uno es un jugador importante y reconocido
tiene que estar atento a todos los detalles porque tiene más obligaciones.
-La forma no fue la mejor. Hubo desprolijidades.
-Sí, de todos. Fue una decisión consensuada con la
dirigencia que no fue informada de la manera adecuada. Lo asumimos todos.
-¿Pensaste en renunciar, es cierto?
-Jamás pasó por mi cabeza irme. Los directivos se movieron
bien y están apoyando. Yo me quiero quedar mucho tiempo en Independiente.
Espero que se den los resultados para que la gente pueda tener más paciencia y
confiar.
-¿Por qué te cuesta tanto ganarte al hincha de
Independiente?
-No sé. Puede ser porque no tengo historia en el club. O por
mi personalidad. Puede ser porque hago lo que siento. Tomo decisiones que no se
comparten, pero lo hago convencido. ¡Claro que me gustaría que la gente me
quiera más!
Fuente Clarín
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