Por Sebastian Gonzalez
Hay futbolistas que nunca terminan de rendir. Otros que, con
pocos momentos en un partido, demuestran categoría suficiente para jugar en
primera. Y, en el caso de la minoría, los llamados “distintos”, que dejan
siempre una imagen diferente al resto.
Honestamente, no sé en cuál de estas tres categorías debería
encolumnar a Matías Pisano. Porque en las primeras fechas del campeonato y
mientras estaba en el banco de los suplentes, fui de los que le pedían a Jorge
Almirón que lo ponga de titular. Pero la realidad, es que más allá de algunos
pocos minutos frente a Rosario Central, no se pone el equipo al hombro o genera
situaciones que ameriten que uno no lo critique.
El punto en cuestión es que, en el partido frente a
Estudiantes de La Plata, su rendimiento volvió a ser muy flojo. Y todos pedimos
más entrega y desequilibrio en el mano a mano.
¿La gata flora? Sí. Sin dudas ¿Demasiado crítico en unos
pocos partidos? Tal vez sí. Pero la realidad es que para ser titular en
Independiente, debe producir mucho más. Sino, lo prefiero en el banco, porque
cuando ingresa en los segundos tiempos, es mucho más explosivo y agresivo que
desde el arranque.
Espero que si es titular el lunes frente a Godoy Cruz, pueda
demostrar todo lo que sabe. Porque no dudo de sus condiciones. Simplemente que
a lo largo de su estadía en el Rojo y haciendo un balance de sus rendimientos
en los 90 minutos, lo prefiero para los últimos cuarenta y cinco.
Y el otro punto, es que en caso de una salida, hay que
modificar el sistema y no hay un reemplazante natural que cumpla su función sin
tocar lo táctico.
Tal vez, soy demasiado exigente con el exChacarita. Quizás
explota en los próximos partidos y nos deja a todos felices. Que es, en
definitiva, lo que todos los hinchas de Independiente buscamos y esperamos.
Fuente Infierno Rojo
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