Daniel Montenegro, capitán y símbolo del equipo que dirige
Omar De Felippe es el administrador de tensiones a poco del final del torneo.
“Trato de que la presión sea siempre para mí, me lo enseñaron de chico”, dice.
En el barrio de Caballito, en José María Moreno y Alberdi,
Daniel Montenegro acaba de dejar a su hija en el Club Oeste para su clase de
patín artístico. A pesar de su timidez y de las cámaras, Gastón –porque así le
gusta que lo llamen- y de la gente que se detiene a mirarlo, el capitán de
Independiente se sienta a un café con El Equipo para analizar el presente del
Rojo en la B Nacional y repasar viejas decisiones que ahora lo ponen en ese
lugar de referente en el objetivo para volver a la Primera.
Entrando en la recta final del torneo, Independiente sigue
peleando por ese tercer puesto que lo devuelva a la máxima categoría del fútbol
argentino y tratar de volver a ser el club que fue. La presión y el nerviosismo
con el que se viven estas fechas finales recae, principalmente, en sus
espaldas.
-¿Cómo se maneja este clima?
-Yo trato de que la presión sea siempre para mí, me lo
enseñaron de chico, me dieron esa cultura. A mí me pasó de ser chico y jugar
con grandes donde lo primero que me decían era que yo me divirtiera, que la
presión se la tenían que repartir ellos y nosotros dedicarnos a jugar. Y creo
que el día de hoy lo siento de la misma manera, porque uno a medida que va
creciendo esas presiones las tiene que asimilar solo, no solo por ser referente
y ser grande, sino por la experiencia que te da esto y por cómo uno se maneja
en la vida. Para mí eso es lo más importante, que los chicos hagan sus pasos,
crezcan y cuando llegue el tiempo de tomar sus responsabilidades lo puedan
hacer. Eso es lo que siempre me marcó en el tiempo que llevo jugando a esto.
-¿El partido se juega adentro y afuera?
-Esa presión más que nada se genera por la historia del
club, porque todos te quieren ganar, porque a cada lugar que vas hay equipos
que salvan el año, no tienen otra, si no pueden ascender que no ascienda
Independiente. Pero desde el primer momento sabíamos que iba a ser así, que no
iba a ser fácil, en este fútbol está todo muy irregular. Hay que seguir
trabajando, con la ilusión intacta de poder ascender y solamente depende de
nosotros.
La crisis institucional hizo que se adelantaron las
elecciones en el club y que Javier Cantero, el presidente, renunciara hace
algunos días a su cargo. Con Claudio Keblatis como máximo encargado y con
Moyano metido en la política del club, los socios irán a las urnas el 6 de
julio. Si bien el Rolfi es un nombre muy importante en la historia del club,
prefirió hacerse a un lado de todo este tema y enfocarse solamente en lo
futbolístico.
Fuente El Gran Campeón
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