Por Mauro Erbiti
En medio de la malaria que vive Independiente, y luego del
empate ante Almirante Brown en el Libertadores de América, Omar De Felippe
estalló y no se guardó nada. Habló de la insólita espera para poder comenzar el
operativo y arrancar el partido, del pésimo momento del equipo y de los
jugadores, de su casi nula relación con el presidente Javier Cantero y de su
futuro y el futuro del Rojo. “Esto es un quilombo”, resumió.
“Estoy muy caliente. Creo que no jugamos bien. En el segundo
tiempo, en los últimos veinte minutos, tuvimos muchas posibilidades como para
ganar el partido y erramos mucho. Y una vez que nos llegaron, nos
convirtieron“, comenzó De Felippe.
“Es un momento complicado. Hay algunos chicos que no están
bien, no están con confianza. Se nota por momentos en el partido. Por momentos,
el equipo mejora mucho. No logra tener una continuidad. Y hay dos o tres
jugadores que son fundamentales, y que si no rinden, el equipo no juega”,
apuntó.
“Hoy eran las cinco de la tarde y no sabíamos si jugábamos o
no. Hay que marcar la realidad de lo que está pasando. Acá no nos podemos
esconder. Yo puedo decir que jugamos bien o que jugamos mal, pero con el
entorno no es fácil. Acá, de una vez por todas, hay que ponerse los pantalones
y resolver las cosas. Porque esto es un quilombo. No sabíamos si teníamos que
poner las redes, si cortar el pasto, si jugábamos o no jugábamos. Ya está, ¿qué
carajo estamos esperando para juntarnos y para ver qué hacemos, a dónde vamos?.
¿Le vamos a caer a los jugadores? esto es lo que hay. Lo tenemos que mejorar, y
tenemos que luchar para poder ascender. No hay otra“, bramó y marcó.
También indicó que, si bien entiende el malestar del mundo
Independiente, para él y el plantel también es un momento crítico: “Estoy
caliente. No es fácil para nosotros tampoco. ¿Qué voy a hacer, le voy a pegar
a los jugadores? No, porque con estos
jugadores tenemos que pelear el ascenso. Y vamos a rompernos el alma para
pelear por ese ascenso. Pero el entorno es muy complicado. Si nos nos ponemos
los pantalones largos, esto se va a complicar mucho. Y yo entiendo a todo el
mundo: entiendo a la gente que putea, entiendo todo. No estamos contentos con
no haber ganado el partido de hoy. Hicieron lo que pudieron. Es lo que hay, y
hay que mejorarlo”.
“Estos chicos, en las últimas dos semanas, han pasado por
muchas cosas. Por muchos idas y vueltas. Y no tiene que ver con la plata.
Creanme. El orden de las cosas hacen que las cosas anden bien. Si no hay orden,
las cosas no van a andar bien. Y en esto me incluyo”, confesó.
También resumió, en dos frases cortas, su relación con el
presidente Javier Cantero y con la dirigencia. Sobre si había hablado con
Cantero, dijo: “Hablé por teléfono a la tarde. Me llamó a la tarde”. Y cuando
se le preguntó por lo que dijeron los dirigentes en el vestuario, respondió:
“No hay nadie en el vestuario”.
“Las pocas veces que hablamos, hablamos de lo que pasa en el
club. Pero estas últimas dos semanas hubo mucho movimiento y hablamos muy
esporádicamente y de temas muy puntuales, como de que si hoy se jugaba el
partido. Mi área es el equipo. Después no me puedo ocupar de otra cosa. Hay
cosas que las tienen que resolver los dirigentes. No puedo meterme en un
terreno que no me corresponde. No sería ético y no es mi lugar. Yo tengo un límite
en esto”, agregó Omar.
“Esta es la realidad que nos toca vivir a todos. Y todos,
desde nuestro lugar, tratamos de poner el pecho e ir para adelante. Esto es
así. Hay que seguir insistiendo. Estamos en zona para ascender, no es un
desastre. Pero da bronca. Un partido como hoy, que sin jugar bien tenés la
opción para ganarlo y con muchas opciones”, lamentó en el final.
Fuente Infierno Rojo
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