Por Mauro Erbiti
Si hay algo que se viene resaltando de la labor del técnico
Omar De Felippe es su impronta para imponerles a los futbolistas una idea de
juego clara, siendo asociado y ofensivo.
También es destacable cómo lee los encuentros y motiva a sus
dirigidos en los entretiempos.
Pero si debe indicarles mejoras constantemente a los
jugadores del Rojo, es porque precisamente los primeros tiempos son muy malos.
El mismo Omar lo señaló luego del empate con Talleres:
“Tenemos que tratar de no empezar perdiendo, hay que cambiar esa costumbre. El
partido hay que comenzarlo como en el segundo tiempo. Tenemos que estar
enchufados”.
En la mayoría de los partidos de Independiente con De
Felippe, el equipo arrancó dormido, sin tanta intensidad y posesión de pelota.
Contra Independiente Rivadavia, Huracán y Villa San Carlos
se vio que costó mucho imponer el juego. Ante el Globo, incluso, no se pudo
capitalizar el hombre de mas que había desde los diez minutos.
Recién en el complemento, ante los de Parque Patricios y San
Carlos, el Rojo mejoró y pudo ganar.
En esas segundas partes, mejoró la posesión, hubo más
chances de gol y los triunfos se vieron justificados.
Incluso ante Independiente Rivadavia, en el debut de este
técnico, el local casi que monopolizó la pelota, aunque sin poder lastimar.
También pueden verse que hay muchos errores defensivos.
Estos errores, además, le suelen costar goles tempraneros. Este es el caso de
los dos tantos en contra ante Sarmiento y Talleres. El Rojo terminó dando
vuelta ambos encuentros -acabando ganando uno y empatando el otro- pero
comenzar abajo en el marcador tan rápidamente no puede seguir pasando. Mas en
un equipo con tanta presión de la gente y obligación de ser protagonista y
ganar siempre. Estar perdiendo casi desde el inicio conspira con la idea de
juego asociado y paciente que Omar quiere.
El único encuentro distinto fue ante Banfield: allí, la
intensidad, la intención de manejar los tiempos y atacar con mucha gente se vio
a la perfección. Y también hay que tener en cuenta al rival: el conjunto más en
forma de la B Nacional, que además es puntero del campeonato y tiene al
goleador del torneo. El error de Gabriel Vallés y el gol del Taladro mancharon
esa primera parte, pero ahí se vio lo que De Felippe quiere y lo que Independiente
debe hacer para cumplir el objetivo de ascender: arrancar enchufado, con
actitud, imponiendo el juego, teniendo la pelota y sin errores que cuesten
goles.
Porque si no, todo se hace cuesta arriba.
Fuente Infierno Rojo
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