Contra Talleres el Rolfi la rompió pero no lo ayudaron.
Por Beto Tisinovich
Montenegro coincide con De Felippe en que la mejor manera de
protegerse es la de apoderarse de la pelota y luego lastimar al rival.
Independiente levantó con la llegada de Omar De Felippe.
Desde los resultados hasta en el funcionamiento. En seis partidos se nota que
el equipo tiene una idea de juego. La premisa del DT, que ascendió con Olimpo y
Quilmes, es que la bocha vaya por el piso sin perder la paciencia.
“Creo que se
están dando cuenta de que con la pelota nos protegemos. A veces parece lento el
traslado, pero si es seguro y llegamos a tres cuartos, tenemos buen pie para
lastimar”, le dijo a Olé De Felippe en la nota que salió publicada en la
edición de ayer.
Clarito con el concepto. No por nada Daniel Montenegro tiró
una pared con el entrenador:
“Tenemos claro lo que Omar quiere. Si nos movemos
y manejamos la pelota podemos sacar a los equipos que se repliegan. No es fácil
conocer la categoría y él la conoce muy bien. Cree que los jugadores los
tenemos”, afirmó el capitán en radio La Red.
A lo que se refiere el Rolfi es
nada más y nada menos a cómo se juega cuando los rivales se encierran. Y siguió
analizando: “Tengo la chance de hablar mucho con el técnico y de ver cuál es la
mejor opción para mí en la cancha. Cree que desde atrás voy a tener más panorama
y en contra de donde está el tumulto. La gente se fastidia porque no tomo
contacto con la pelota pero el DT me lo pide. Escucho que me escondo. En el
medio del lío tengo cinco o seis jugadores que me rodean”.
Es que De Felippe
busca que el Rolfi esté casi en la definición de la jugada, que aparezca por el
lugar muerto para meter una asistencia o para que le quede el arco de frente
como ocurrió en el primer gol ante Talleres.
Para eso necesita más participación
de Zapata y Pisano, por ejemplo. Que jueguen, hagan jugar y que la bocha es el
tesoro más preciado. Mientras la tenga uno de Rojo está bien. Eso sí, la bronca
del entrenador luego del 2-2 con la T, es que el equipo no pensó el partido
cuando se puso en ganancia.
“Hubo mucha imprecisión y mucho apuro. Lo que
tratamos de hacer es darle tranquilidad al equipo y trabajar en lo colectivo.
Con la posesión el rival no te lastima. Lo que no podemos hacer es perder la
pelota en momentos y lugares que no son convenientes”, sentencia.
Y ahí radicó
el déficit de Independiente y los cordobeses aprovecharon su oportunidad para
igualar.
Montenegro fue más allá: “No tuvimos la fortaleza mental para ganarlo.
Además hay que corregir que nos hacen goles siempre al principio y no es
normal”.
Por eso, ¡A tenerla...!
Fuente Olé
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