miércoles, 18 de septiembre de 2013

Síganme los buenos




 Por Maxi Friggieri

El Rolfi empezó y terminó la jugada del único gol del partido, el que le dio el segundo triunfo a Independiente en el torneo: fue 1-0 ante Villa San Carlos en La Plata y la diferencia pudo ser mayor. El Rojo respira con su 10.

Buena tarde noche para Independiente en La Plata. Porque ganó, porque sumó y porque demostró temple para aguantar el partido. Más allá que salió dormido en el comienzo, el Rojo aprovechó la única jugada que tuvo en el primer tiempo y luego dominó a un Villa San Carlos sin ideas. El gol lo hizo el Rolfi Montenegro, que empezó la jugada y la terminó casi adentro del arco. Segundo triunfo en la B Nacional para revivir las esperanzas del regreso a Primera.

El partido arrancó complicado para el Rojo, que tuvo al Ruso Rodríguez revolcándose apenas a los 45 segundos de juego, cuando salvó el arco luego de un remate de Fernández Silva. Y en el rebote, Raverta la mandó al Estadio Unico -se jugó en el Bosque-. Para colmo, Melillo hizo lo que quiso por derecha y así Villa San Carlos acorraló a Independiente. A los 15', la polémica del partido: Slezack dominó dentro del área, Cáceres estiró la pierna y el defensor de Villa San Carlos terminó en el piso. Pompei, cerca de la jugada, no pitó nada. Si lo tocó, fue muy fina. Más allá de eso, los hinchas del Villero estaban tan contentos que hasta cantaban el himno. Pero...

Los de Avellaneda tuvieron una sola jugada de peligro en esa primera etapa y la aprovecharon. Montenegro la empezó, le cedió la pelota a Parra, le llegó a Pisano, que metió un gran pase a Vallés, el lateral la mandó al centro, Sessa quedó pagando y el Rolfi, entrando de 9, se tiró para asegurar el tanto. Efectividad a flor de piel. Todo lo contrario para San Carlos, que falló otra con Fernández Silva antes del descanso.

En el complemento, con el tablero a favor y demostrando temple, el equipo dirigido por De Felippe manejó la posesión y el territorio. Así tuvo su mejor lapso en el torneo, fueron cinco minutos de furia, pero con la mira desviada. El Rolfi se la entregó a las manos de Sessa (a los 6'), Pisano pasó al arquero y la mandó por arriba (8'), Parra le dio de tres dedos y se le fue pegada al palo (9'). La diferencia pudo haber sido mayor, aunque también Independiente sufrió con algunas pelotas paradas.
Lo positivo: se ganó y hubo momentos de buen fútbol. A mejorar: la definición, para asegurar partidos, y la solidez en el fondo.


Fuente Olé

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