El enano siempre la pide y resuelve aunque esté rodeado de
rivales. Es él distinto.
Por Martin Pertierra
El pibe sigue creciendo y ya es una de las figuras del Rojo.
Como ante Banfield, fue clave en la jugada del gol.
Fue la apuesta. El jugador a traer con expectativas de
futuro. Pero Matías Pisano, partido tras partido, viene demostrando que lo suyo
ya es en tiempo presente.
Otra vez, como sucedió contra Banfield, el pibe
volvió a ser clave en la jugada del gol.
El sábado pasado había ejecutado con
rapidez un tiro libre con destino a Montenegro, quien definió ante la salida de
Bologna y Cáceres la empujó sobre la línea.
Ayer, en el Bosque, metió un pase
genial (¡Con la derecha!) para la entrada de Vallés, quien la cruzó y Rolfi la
metió. En ambas jugadas, el autor intelectual fue el ex mediapunta de
Chacarita, club que mantuvo el 50% del pase.
“Creo que jugamos bien. Lo hicimos por abajo y merecimos
meter otro gol, sobre todo al inicio del segundo tiempo”, contó Pisano al final
del partido.
“Nos costó un poco al principio y al final. Faltó cerralo pero se
ganó que era algo importante”, agregó.
La idea de Brindisi era llevarlo de a poco. Por eso en las
primeras cuatro fechas no fue titular (entró tres veces).
La intención de De
Felippe era similar pero el pibe siempre demostró ingresando desde el banco.
Por eso en el partido con Banfield, ante la ausencia de Mancuello, el DT apostó
por Pisanito desde el arranque.
Y él, atrevido y encarador con su zurda
habilidosa, le devolvió la confianza.
“Me pone contento. Uno siempre quiere
estar adentro y jugar”.
Pisano, que se perdió un mano a mano al definir mal tras
eludir a Sessa, espera un gol de sus compañeros de ataque: “Ahora falta que
Parra, Penco y el Flaco (Menéndez) la metan”.
LA PLATA (CORRESPONSAL).
Fuente Olé
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