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viernes, 20 de septiembre de 2013

Los cinco escalones por los que escaló el alma del Rojo



Con los 8 puntos de los cuatro partidos de De Felippe, salió del descenso y ya hace cálculos mirando al pelotón de arriba. Se puso a cuatro de los que comparten el tercer puesto: Sarmiento, Crucero del Norte y Atlético Tucumán.



Con el desembarco de Omar De Felippe, Independiente encontró algo de paz en su espinoso camino por la Primera B Nacional.

Aún muy lejos de un meridiano ideal, la marcha del equipo detuvo la hemorragia que lo desangraba en el fondo de la tabla; y lo hizo gracias a cinco factores que se transformaron en escalones que le permitieron sacar la cabeza a la superficie y empezar a mirar un panorama diferente. A saber:

1) Cerró el arco. Sólo recibió un gol en los cuatro partidos que disputó (y fue como consecuencia de un error individual en el partido ante Banfield). El detalle estadístico no significa que Independiente haya solucionado sus problemas defensivos (ni mucho menos) pero le otorgó un margen muy valioso para transformar a los que antes eran empates en victorias, y a los que eran derrotas en empates.

2) Incrementó la cosecha. Desde su andar invicto el equipo logró sumar 8 de los 12 puntos que disputó, producto de sus dos primeras victorias después de mucho tiempo (no ganaba desde la 14ª fecha del torneo Final de Primera División, ante San Martín de San Juan). Frente a dos de los rivales que se estima pelearán arriba (Huracán y Banfield) obtuvo 4 unidades.

3) Más lucidez ofensiva. Con la confirmación de Matías Pisano como titular, el circuito Montenegro-Martín Zapata encontró un socio con mucha frescura que favoreció el desequilibrio en la zona ofensiva. Los goles contra Banfield y San Carlos surgieron de los pies de Pisano y los definió Montenegro (uno se lo birló Cáceres).

4) Mayor orden táctico. También está lejos de la idea central que pretende el entrenador, pero ha conseguido un progreso marcado en cuanto a la posesión del balón y el dominio territorial. Cuida más la pelota y disminuyó los errores no forzados. De esta manera, redujo considerablemente réplicas que encuentran a la defensa mal parada y tiros libres en contra desde lugares cercanos al área propia. En este rubro el técnico también es claro en su mensaje acerca de las características de cada rival.

5) Crecimiento de confianza. Con los pocos goles en contra y los puntos, se advirtió un aumento de la reserva anímica de un plantel que salía a la cancha derrotado. Ese detalle le permite moldear la paciencia que antes no tenía para plantear los partidos a un ritmo diferente y extraído de la ansiedad que, especialmente en condición de local, siempre le jugó en contra. Ahora maneja más los tiempos y apuesta a no desesperarse.



Fuente Diario Popular

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