Por Mauro Erbiti
Mucho se habla de los problemas defensivos de Independiente
y de que, de no ser por el arquero Diego Rodríguez, el equipo hubiese sufrido
muchos mas goles. Sin embargo, el mayor déficit está adelante: en lo que va del
torneo, ninguno de los delanteros pudo convertir.
Para remontarse al último tanto hecho por un atacante
natural, hay que ir a la fecha número catorce del pasado Torneo Final. En ese
entonces, el Rojo venció 3 a 1 a San Martín de San Juan en el Libertadores de
América, con dos anotaciones de Juan Fernando Caicedo. Desde ese encuentro,
pasaron hasta ahora trece partidos sin que un delantero del club marque -cinco
en Primera División y ocho en la B Nacional-.
Parece que, si no hace un gol Daniel Montenegro -o un
defensor, como pasó con Samuel Cáceres- no vale. De hecho, en el mismo Torneo
Final, el problema del equipo fue el mismo. Hasta la fecha once, ningún punta
había hecho un tanto. Para ese entonces, los goles habían sido de Cristian Tula
ante Newell’s y Vélez, Leonel Miranda y Jonathan Santana ante Racing y Claudio
Morel Rodríguez ante Boca. Recién ante Argentinos Juniors, en el undécimo
encuentro, Adrián Fernández hizo uno -sumado a los de Leonel Galeano y
Montenegro de penal-. Luego, el mismo paraguayo marcó dos contra Tigre. Y
después, el colombiano Caicedo hizo sus únicas dos anotaciones en el club ante
los sanjuaninos -el otro había sido de Fernando Godoy-. En las últimas cinco
fechas, sólo Montenegro ante River pudo volver a inflar la red -ya que, en el
empate ante Colón en la despedida de la categoría, el tanto fue en contra del
Sabalero-.
En estas ocho fechas que pasaron en la B Nacional, el
problema para hacer goles sigue siendo el mismo. Y el de los delanteros para
hacerlos, también: ninguno pudo. Sólo Montenegro en tres ocasiones -dos de
penal-, Federico Mancuello, Matías Pisano y Samuel Cáceres en dos oportunidades
lograron gritar para el Rojo.
¿Por qué le cuesta tanto a Independiente, y todavía mas a
sus puntas, convertir? Sin dudas, la poca creación de juego y circulación de
pelota no ayuda. El Rojo demuestra despliegue por las bandas y busca desbordar
y llegar al área con mucha gente, pero no termina de definir bien las jugadas.
Este se vio contra Villa San Carlos, cuando Montenegro, Pisano y Parra
desperdicieron tres chances clarísimas para estirar la ventaja.
Además, los futbolistas rematan al arco escasas veces: un
ejemplo claro se vio ante Banfield, cuando Martín Zapata tuvo tres veces la
oportunidad de pegarle de frente al arco y las desaprovechó. También le pasa a
Montenegro: el Rolfi demora mucho en pegarle y busca seguir con la jugada, en
vez de terminarla. El equipo debe ser mas incisivo, punzante y abusar mas del
remate cuando se de la ocasión. Y tiene con que: Montenegro puede hacer goles
de lejos, o un mediocampista que llegue al arco también. Mancuello y Pisano,
incluso, puede buscar pegarle cruzado luego de que encaren desde la banda hacia
adentro.
Al hablar de nombres propios, el que más chaces tuvo a la
hora de jugar fue Cristian Menéndez. Pero el Polaco tiene que bajar muchos
metros para recibir la pelota limpia y luego no tiene una referencia en el área
para asistir. El ex Quilmes, lejos de ser un delantero anotador, demuestra que
puede tirarse atrás para recibir y pivotear, pero necesita otro compañero que
esté esperando para recibir cerca del arco. Similar pasa con Parra: está para
el desgaste y no para quedar estancado entre los centrales. Adrián Fernández,
que tuvo sólo una chance de titular ante Independiente Rivadavia, tampoco tiene
esas características de goleador. Justamente, la mayoría de sus goles
demuestran que tiene una buena pegada y buenos movimientos fuera del arco, por
lo que tenerlo parado en un mismo lugar para dar el último toque es un
desperdicio. El único en el plantel que tiene el ADN de un anotador de área y
con un físico capaz de aguantar con los centrales y bajar pelotas aéreas es
Sebastián Penco. El ex San Juan jugó en total ciento quince minutos: sólo fue
titular ante Brown de Adrogué en el debút, para luego entrar como suplente en
cuatro ocasiones. Por sus características, debería tener mas oportunidades e
incluso podría hacer una dupla delantera con Menéndez o Parra -que jugarían por
afuera para desgastar y dejarle lugar-. Luego, su rendimiento diría si es capaz
de mantenerse o no.
Fuente Infierno Rojo
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