El grito de Tula con el descenso consumado.
Tula dio la cara tras el descenso y dejó en claro que
tanto él como sus compañeros la pelearon hasta la última pelota. "Cuando
no depende de uno, ya está”, agregó el capitán del Rojo.
La hinchada
despidió al equipo entre aplausos y llantos.
Sonó el pitazo final, y las lágrimas invadieron cada
uno de los rostros de los jugadores de Independiente. Y Cristian Tula, emblema
y capitán del Rojo, juntó a todos sus compañeros, les pidió mantener “la cabeza
arriba”, y los unió en un grito de aliento. “Más no se puede dejar”, tiró ante
un micrófono que se le cruzó en el camino.
Sin poder contener el llanto, al igual que cada una de
las almas Rojas que se encontraba en la tribuna, el líder del equipo de
Brindisi quiso dejar en claro el esfuerzo que hizo cada uno de sus compañeros,
y cerró: “Cuando no depende de uno, ya está”.
Fuente Olé
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