Por Antonella Rioseco
(Columna de Opinión)
¿Qué te hicieron, Independiente? Es lo que me pregunto
una y otra vez. Y no encuentro respuesta. O mejor dicho sí encuentro
respuestas, encuentro miles. Y me da bronca, me da bronca ver como el club,
poco a poco y día a día, está descendiendo. Porque hace rato que dejamos de ser
ese gigante. Hace años dejamos de ser el club modelo. Hace muchísimo tiempo
dejamos de ser Independiente.
La historia, las copas, la mística, el orgullo, la
“Doble Visera”, el Paladar Negro, quedarán para siempre en nuestra memoria y
nadie podrá borrar semejante grandeza. Pero nosotros, los hinchas, no supimos
defenderlo. Fallamos. No supimos defender nuestra identidad. Regalamos el
prestigio. Permitimos que esto suceda. Entregamos la llave del club a dirigentes
nefastos. A ladrones de guantes blancos que hicieron y deshicieron a su antojo.
Permitimos todo. Y aunque sea en menos medida e inconscientemente, nosotros
también somos responsables de este presente impensado años atrás. Y eso, como
hincha, no me lo voy a perdonar.
Me cuesta creer que ese club que supo ser Campeón del
Mundo juegue en la segunda categoría del fútbol argentino por primera vez en su
historia. El dolor es inmenso. Es una verdadera pesadilla de la que solo querés
despertar. Realmente me cuesta creerlo y no lo voy a hacer hasta que suene la
última campana. Y aunque también me cueste creer en un milagro, lo voy a hacer.
Por más que la chance sea mínima, me voy a aferrar a ella con fuerza. Las
cartas ya están echadas y el futuro de Independiente es incierto.
No sé qué pasará. Solo me queda acompañar desde mi
lugar. Si de algo estoy segura es que el domingo estaremos presentes,
nuevamente, dando la cara. Desde el Monumental, o desde cualquier rincón del
Mundo. Por amor, por fanatismo – ese que tanto nos enceguece- , por lo que sea.
Pero el domingo ahí estaremos. Aferrados a ese milagro y, pase lo que pase,
acompañando a Independiente. Derramando lágrimas de bronca, de impotencia, de
tristeza, pero juntos. Siempre juntos. Levantándonos las veces que tengamos que
hacerlo. Porque Independiente no es solo un club, es una parte de nosotros, es
nuestra familia, son nuestros amigos, es nuestra identidad. Independiente es
nuestra forma de vida. Y a vos, Rojo, te pido perdón. Por todo.
Fuente De la Cuna al Infierno
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.