Caicedo en casa, con su mujer Patricia, su hija María
Fernanda y Olé. (G. García Adrasti)
Por Débora D'Amato
Caicedo convirtió sus primeros goles en el Rojo, justo
en una final, y se acordó del apoyo de los hinchas. “Estaba en deuda”, le dijo
en su casa, con su familia, a Olé.
Juan Fernando Caicedo, el héroe en la final que
Independiente le ganó a San Martín, recibió a Olé en su coqueto departamento de
Puerto Madero tras la victoria.
Su esposa Patricia y su hija María Fernanda, de apenas
tres años, encabezan el club de fans del delantero, a quien ayer se le abrió el
arco. “Patricia está conmigo en las buenas y en las malas. Es mi mayor apoyo”,
aseguró el colombiano.
Sus goles fueron dedicados a ellas, pero además pagó
una deuda: “Esto se lo debía a la gente que siempre me apoyó”.
Caicedo casi no juega. Una molestia en el empeine izquierdo
lo tuvo a maltraer. Sin embargo, sin necesidad de infiltración, pudo ser de la
partida. “Jugué con un protector especial en el pie. Además en la semana venía
complicado en el aductor. De hecho me tiró en el partido pero ya no había
posibilidad de más cambios”, afirmó quien ya había hecho un gol en el Rojo,
pero en la Reserva (vs. Rafaela).
-¿Por qué fuiste a abrazar a Brindisi en el 3-1?
-Miguel me dijo que haría dos goles. Cuando empezó el
partido me aseguró que haría uno para mi hija. No bien convertí me besé el
tatuaje que tengo con su nombre y la fecha de nacimiento. Después, en el
entretiempo, me dijo que Patricia se pondría celosa y que hiciera otro para
dedicárselo a ella. Cuando lo hice corrí hacia el corner porque sabía que mi
familia estaba ahí, en la garganta, con la bandera de Colombia. Luego fui a
abrazarlo porque me lo anticipó pero además por su confianza.
-Tardó en llegar el gol...
-Sí. Y trabajé mucho. Soy jugador de fútbol y hay
momentos buenos y malos. Al ser delantero sólo te reconocen cuando hacés goles
pero siempre estuve tranquilo porque mi trabajo era bueno, sólo faltaba el gol.
Tuve dedicación y la ayuda de mis compañeros.
-Desde que llegaste, la gente quería quererte. ¿Lo
sentiste así?
-Sí, me lo hicieron saber siempre. Creo que tiene que
ver con que desde el primer partido vieron mi esfuerzo y la búsqueda permanente
del arco. La gente valora el esfuerzo. Ahora pude romper la sequía y le
agradezco a Dios por esta oportunidad de disfrutar con esta hinchada tan
generosa conmigo.
-¿Sos consciente de que se te abrió el arco en un
partido clave? -Totalmente. Un rival que dos semanas atrás pudo pasarnos en el
promedio y eso hubiera sido tremendo. Le ganó a Boca 6 a 1, por ejemplo. Pero
gracias al esfuerzo del equipo se me abrió el arco.
-¿Te costó adaptarte al país o al equipo?
- No. Vargas me ayuda mucho. También Rolfi desde el
primer día me extendió su mano y me dio su apoyo. Lo mismo Morel, el Tecla y
Tula, que por suerte lo enfrenté pero ahora lo tengo de compañero.
-¿Por qué?
-Porque pega siempre, ja. Mejor tenerlo de tu lado.
-¿Qué tan importante fue la derrota contra Rafaela para
crecer?
-Clave. Cuando perdés jugando tan mal te das cuenta que
tocaste fondo. Bienvenido sea porque desde ahí cambiamos.
Fuente Olé
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