Montenegro comenzó su cuarta etapa con destellos de
calidad y su buen juego contó con la colaboración de Contrera, Miranda y
Benítez, autor del empate.
Por Juan Manuel Raimundo
Montenegro en una postal habitual, ensayar el remate
ante la marca de Orban | Mauro Alfieri - LA NACION
Por experiencia y poder de desequilibrio, como quedó
demostrado de manera especial en la segunda etapa, Daniel Montenegro es el
símbolo al que se aferra la ilusión de los hinchas de Independiente para ganar
su propio campeonato: el de la permanencia en la primera división.
El equipo
fue recibido con aplausos y ni bien su figura fue divisada el grito de
"Olé, olé, olé, Rolfi, Rolfi", fue un mensaje de aliento y ruego al
mismo tiempo hacia el hombre que conoció la otra cara de la moneda, al
consagrarse con el mismo Tolo Gallego como técnico campeón en el Apertura 2002.
El Rolfi volvió de México con 33 años tras su paso por
América, comenzó su cuarta etapa con buen pie y fue el capitán que con su cinta
comando ese barco que contó con el aporte de la sangre joven, tales los casos
del lateral Gonzalo Contrera (18 años), el escurridizo Leonel Miranda (19) en
la función de doble enganche, y el misionero Martín Benítez (18), que entró con
furia y anotó la igualdad tras una cesión de Montenegro cuando la inquietud
bajada de las tribunas.
Símbolo de los Rojos
"Muchos me dicen que estoy loco por venir a
Independiente en este momento, pero no me pesa el desafío. Un sólo jugador no
puede sacar a un equipo de una situación complicada, pero intentaré dar lo
máximo para que Independiente este en el lugar que se merece por su historia",
había dicho Montenegro en su presentación.
La actuación de ayer pareció
corroborar sus dichos: fue el patrón, el hombre que se puso al hombro el equipo
en el segundo tiempo cuando los minutos transcurrían hasta que apareció una
jugada de su sello para servirle el tanto a Benítez.
Luego del partido, Montenegro se mostró conforme a
medias. "Me gustó la entrega y la actitud del equipo en la segunda etapa.
Nos falta juego, es lógico, pero el camino a seguir es el de los últimos 45
minutos y la gente reconoció el esfuerzo con el aplauso del final", dijo
Rolfi.
Leonel Miranda fue la figura y ratificó sus buenas
actuaciones en los partidos del verano. Parece ser el socio ideal que puede
encontrar Montenegro y se ilusiona. "Nos entendimos bien, me sentí cómodo.
Rolfi es un referente y siempre escuchó sus consejos. Su experiencia es
importante en este momento, pero todos debemos colaborar", aseguró
Miranda.
Martín Benítez ingresó por Patricio Vidal y marcó en
una de sus primeras intervenciones. "El empate fue como un triunfo para
nosotros, por como se presentó el partido. Por eso mi descarga al convertir el
gol, lo grité con mucha bronca porque tuvimos varias situaciones. Y ese
desahogo fue dedicado al público que alentó en todo momento y se merecía eso y
mucho más. El Rolfi hizo una gran jugada y sólo tuve que empujarla. Con el
Rolfi y con Miranda se hace todo más sencillo para jugar. Los más
experimentados, a los jóvenes, nos dan mucha confianza y nos dicen que juguemos
tranquilos", afirmó Benítez.
Fuente Cancha Llena
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