Cómo se distribuyen los espacios de poder entre los
dirigentes; Grondona sigue presidiendo las reuniones, aunque la toma de
decisiones no pasa sólo por él; grondonistas, macristas y kirchneristas, en la
misma mesa.
Por A. Casar González y F. Czyz
La sede de la AFA en la calle Viamonte
La política, ese bando invisible, juega su propio
partido en los escritorios.
No gambetea ni hace goles al ángulo, pero motoriza
-o impide- las decisiones más trascendentales que se toman en el edificio de la
AFA.
Como todo poder, el fútbol argentino tiene sus propios bandos. La llegada
del actual senador -y ex jefe de Gabinete- Aníbal Fernández al comité ejecutivo
llevó a la calle Viamonte a la política nacional, que ya merodeaba la pelota
desde la creación del Fútbol para Todos, en agosto de 2009.
Tres años después,
la mesa del tercer piso de Viamonte 1366 tiene sus propios grupos.
Los grondonistas
Con el patriarca, don Julio, a la cabeza, y su hijo
homónimo (presidente de Arsenal), el eje se completa con Miguel Silva, también
formado en el club de Sarandí y flamante secretario general del comité
ejecutivo. En rigor, Silva negocia y firma contratos en nombre de don Julio,
que pasa más días en su casa de Sarandí que en el edificio de la AFA.
El grupo
se completa con dirigentes que siempre vivieron en el yugo grondonista: Luis
Segura (Argentinos), Javier Marín (Acassuso), José Lemme (presidente de Defensa
y Justicia y tesorero del comité ejecutivo), Claudio "Chiqui" Tapia
(Barracas Central, yerno de Hugo Moyano y figura aglutinadora de los clubes de
ascenso) y Emeterio Farías, histórico dirigente de la liga cordobesa que suele
solucionarle problemas al presidente de la AFA con los clubes del interior.
Rodolfo Molina (Racing), Enrique Lombardi (Estudiantes) y Armando Pérez
(Belgrano de Córdoba) también integran el grupo.
Los kirchneristas
"Éste es un cuerpo colegiado, que tiene sus
propias reglas". Ésa fue la primera frase que escuchó Aníbal Fernández, ex
jefe de Gabinete y actual senador del Frente para la Victoria, cuando acudió
por primera vez al comité ejecutivo en representación de su club, Quilmes.
El
político de bigotes prominentes es el dirigente con más y mejor llegada a la
Casa Rosada, devenida en socia estratégica de la AFA gracias a los millones del
Fútbol para Todos.
Javier Cantero, presidente de Independiente, también se
enrola en este grupo, con fluidos contactos con el jefe de Gabinete, Juan
Manuel Abal Medina, y el ministro del Interior, Florencio Randazzo.
El eje del interior
Favorecido por la debacle deportiva de varios clubes
grandes, este grupo ganó espacios de poder e importancia dentro de la AFA.
Encolumnados detrás del abogado Germán Lerche (presidente de Colón y secretario
de selecciones) aparecen Mario Contreras (vicepresidente 2º del comité
ejecutivo y presidente de Godoy Cruz, de Mendoza), Ricardo Tettamanti (Atlético
de Rafaela), Luis Spahn (Unión, de Santa Fe) y Jorge Miadosqui (San Martín, de
San Juan).
Los apolíticos
Sin definición política están varios dirigentes que
ante los micrófonos se muestran críticos, pero que puertas para adentro suelen
votar lo que propone el grondonismo, ante la ausencia de otra alternativa. En
este grupo se ubican los representantes de Vélez (Julio Baldomar y Miguel
Calello), Guillermo Lorente (Newell's) y Roberto Bugallo (All Boys).
El macrista
Daniel Angelici (Boca) es el representante de Pro en el
recinto, aunque quien suele acudir a las reuniones es el otro representante del
club xeneize, Juan Carlos Crespi.
El peronista
"Peronista de Perón, no de los Kirchner", se
autodefine Crespi, habitual interlocutor de Julio Humberto Grondona.
Los de doble juego
Son clubes que suelen acompañar al grondonismo, pero no
tienen uniformidad de criterios. A este grupo pertenecen Daniel Passarella y
Diego Turnes (River), Matías Lammens y Hernán Etman (San Lorenzo), y Nicolás
Russo (Lanús).
Algo tienen en común todos los grupos: esperan saber
quién será el elegido para suceder a Grondona.
Fuente Cancha Llena
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