Por Nicolas Brusco
¿Qué mejor que esta frase reconocida por el mundo
futbolero y patentada por Héctor “Bambino” Veira para resumir este presente de
Independiente?
Con la batalla de Santa Fe en el bolsillo, los cañones
ya apuntan a superar un nuevo objetivo en esta travesía que comenzó con muchas
turbulencias, pero que parece ir queriéndose aclarar con el transcurrir de los
partidos.
Porque de hablar de rachas adversas y de contar los 17
partidos sin victorias, hoy el hincha de Independiente puede sacar pecho (un
poco) y contarle a sus amigos, vecinos o compañeros de trabajo que este equipo
de Gallego hace 4 partidos que no conoce la derrota y que sus últimas dos
participaciones fueron con éxito.
Mucho tuvo que ver el triunfo en la semana por la Copa.
Para muchos había que olvidar ese compromiso y prácticamente tirarlo a la
basura.
Pero sin dudas, sirvió mucho desde lo anímico para que los jugadores
comiencen a creer. “Jugamos por el orgullo nuestro, el de querer sacar a
Independiente de esta situación”, declaró Morel Rodríguez unas horas después
del regreso a Buenos Aires.
Y frente a Unión, eso se notó. Porque en una final
contra un rival directo, aparecieron las individualidades que más se
necesitaban. Empezando por las manos de Hilario Navarro, pasando por la
levantada de jugadores como Roberto Battión, Osmar Ferreyra y hasta el mismo
Gabriel Vallés.
Jugadores que hasta no hace mucho eran resistidos, hoy
comienzan a mostrar otra cara.
Un párrafo aparte merece la actuación de Ernesto
Farías. Si bien venía de convertir en la fecha anterior frente a All Boys, su
presente no era el mejor y el equipo lo venía sintiendo. Y cuando era observado
de reojo por muchos, él pagó con lo que más sabe: convertir. Los goles que anotó son de esos que se
les exige a un delantero de su jerarquía. Y frente a Unión, supo capitalizar
las dos situaciones que tuvo y esa es otra dosis de confianza de cara a lo que
se viene.
No le sobró nada a Independiente para traerse este
triunfo de oro. Pero eso hoy ya no importa. Lo único que sirve es ganar y el
equipo lo hizo.
De a poco, Gallego va encontrando el once.
Algunos jugadores
todavía deben rendir mucho más.
Ojalá ese corto plazo que se puso el Tolo para
confiar en una base, lo consiga frente a Rafaela.
Y que de aquí en adelante, el
Rojo le empiece a tomar el gustito a sumar de a tres puntos.
Fuente Infierno Rojo
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