El presidente de Independiente cree en los refuerzos, el
DT y el trabajo para salir del fondo.
Por Francisco Schiavo
Cantero, en su oficina
Javier Cantero se vuelve estudioso, analítico,
pasional, quirúrgico, algo más vago y hasta elusivo según la hilación de sus
respuestas.
Las palabras encajan como notas musicales y cuesta encontrar alguna
fuera de sintonía.
Punto por punto, nunca cambia el eje: Independiente. Es lo
único que le importa. Se hable del Gobierno nacional, la economía, el fútbol y
las generalidades.
Asume como con naturalidad el reciente pedido de quiebra
-otro más- y rápidamente quiere darle un hachazo al ancla que podría llevar a
los Rojos a la B Nacional. Siempre hay un tema que introduce a la charla. Y en
este caso son sus tiempos de militancia.
"Soy peronista. Por ahí hay distintas vertientes,
pero el peronismo es como el tango: tiene un referente tan grande que los demás
quedan alejados. La vara está demasiado alta, aunque las épocas cambian".
-¿ Qué diferencia hay entre el peronismo y el kirchnerismo?
- El peronismo es más abarcativo. Tienen principios
similares, pero no estoy de acuerdo con eso de que si creó el movimiento en
1900 haya que mantenerlo igual en 2012. La gente cambió. Perón fue un
adelantado. Él, por ejemplo, habló del medio ambiente en el 50, cuando nadie lo
hacía. La primera elección la ganó con los trabajadores. La segunda, con el
voto de la mujer. Y la tercera, con la juventud. Después hubo distintas
visiones del peronismo. Está lo que ustedes, los periodistas, llaman el kirchnerismo,
porque nunca escuché a un kirchnerista hablar en ese término. Tal vez haya sido
desde la exaltación de la figura de Néstor. Pero, al final de cuentas, los
grandes movimientos los manejan los hombres.
-¿Salteó por algo el menemismo?
-No, no. El peronismo tiene algo muy característico:
disfruta el poder. El radicalismo parece que lo sufre, le cuesta ejercerlo.
Bueno, los propios radicales dicen que gobernar es un período incómodo entre
dos internas.
-Juan Carlos Crespi, vice de Boca, también es
peronista.
-Sí, el compañero Crespi, je. Tengo una buena relación
con él. No con Angelici. Tengo diferencias con él, pero respeto mucho a Boca.
Crespi fue uno de los primeros que me encararon y con el que tuve problemas,
pero me gusta esa gente. Yo también le dije cosas y quedó ahí.
-¿Y por qué no se arregló con Angelici?
-Porque me ofendió de manera personal y al club. No voy
a decirlo. Queda entre él y yo.
-¿No lo arregla con un café?
- No.
-¿Influye la política nacional en el club?
-No. Tratan de desprestigiarme por ese lado. Me hablan
del kirchnerismo, pero acá vinieron Gabriela Michetti, Federico Pinedo,
Patricia Bullrich, Victoria Donda, Ricardo Alfonsín, Javier González Fraga.
Independiente no es un partido político. Tiene gente de muchas ideologías. Son
injustos cuando me asocian sólo con el kirchnerismo. Lo que pasa es que cuando me preguntan
quiénes me apoyan menciono a Juan Manuel Abal Medina, Florencio Randazzo, que
son los que manejan la policía y ese tipo de cosas. ¿Quién va a apoyarme? ¿Un
diputado? Ése es un apoyo concreto.
-¿Le ofrecieron cargos?
-Me hicieron insinuaciones, pero no del Gobierno sino
de otros sectores. Las agradecí, pero no me interesan. Me estoy jugando la vida
en Independiente, estoy dejando de ganar dinero por esto. Mi familia me ve
poco, los nervios...
-¿Puso dinero de su bolsillo?
- No, pero al no ganarlo en mi ocupación, es como
ponerlo. Puse, pero migajas: no soy millonario.
-¿Y el Gobierno puso plata?
-No, pero ojalá. El club es una entidad sin fines de
lucro y si tenemos problemas en la pensión, con chicos humildes, que, por
ejemplo, no tienen calefacción, o con la comida o lo que fuera, y pudiéramos
recibir algo con algún programa gubernamental, bienvenido.
-¿Va a alcanzarle un mandato?
-Sí. En pocos meses puede cambiarse una tendencia. Nos
falta mucho, pero hoy el club es otro. Tiene otra imagen. Todos lo reconocen.
-¿Cómo imagina ese final?
-En 2014, con una economía ordenada y previsible, con
un Independiente más protagonista, con un colegio que tenga una fundación, con
mayor cantidad de socios: tenemos casi 20.000 más y eso que en el fútbol fuimos
un desastre. Fue una explosión. Hay clubes que no llegan a los 20.000 socios y
nosotros los hicimos en siete meses.
-Si le va bien, ¿no quisiera ser reelecto?
-No me gusta la continuidad permanente. Voy a cambiar
el estatuto para que no se pueda estar más de dos mandatos.
-¿ Contempla la posibilidad de irse a la B?
-No. Evalúo la cantidad de puntos que tenemos que
hacer, el plantel que tenemos, las incorporaciones de diciembre, el cuerpo
técnico, nuestro trabajo. En esa mezcla no veo ninguna posibilidad de descenso.
Se lo dije [al plantel] después de la derrota con Boca. Me di cuenta de que no
sólo nos va a alcanzar: nos va a sobrar. Estamos en un momento muy difícil y
tenemos que estar juntos. Si me va mal, no es que me va mal a mí, le irá mal a
Independiente.
-¿Piensa en un segundo concurso de acreedores?
-Antes hay que pagar el primero. Si lo pagamos, vamos a
aumentar más la credibilidad y vamos a renegociar mejor las deudas.
-¿Y cuándo va a pagarlo?
- Quisiera hacerlo antes de fin de año. Que lo diga
ahora no está bien porque van a acusarme si no se da. Después habría que
renegociar las deudas postconcursales. Además, para que haya otro concurso
tiene que pasar un año.
-¿Lo sorprendió el pedido de quiebra de anteayer?
-No, lo esperaba. Hay varios temas. La empresa [Unión]
estaba relacionada con gente de la política anterior. El abogado fue
recomendado por Cacho Álvarez [candidato por el oficialismo en las elecciones
que ganó Cantero y ex intendente de Avellaneda] y es esposo de la que fue su
secretaria de gobierno. Los pagarés se firmaron poco antes de las elecciones.
Dudamos de la veracidad de las firmas. Me hago cargo de lo que digo.
-¿Y cómo sigue?
-La Justicia mandó oficios a varios lados y vamos a
defendernos como corresponde. Nada impide el normal desenvolvimiento de
Independiente. Les pido tranquilidad a los socios. Cualquier política tiene
varias cuestiones, pero hay dos fundamentales: la caja y la seguridad. Y esas
dos son muy fuertes en nuestra gestión.
-¿ Equipara con eso el flojo momento deportivo?
-No, por supuesto. Hoy el principal problema es
deportivo. Soy el máximo responsable. A Ramón Díaz no lo elegí yo. A Cristian
Díaz, sí. Al Tolo, por suerte, también. Y se nota que hay una levantada
importante. Ganamos dos partidos y uno muy importante por el promedio. Los
refuerzos, si le preguntan a cualquier hincha, los mencionan como importantes.
Si jugábamos con pibes de 20 años, como querían muchos, el partido contra Unión
no lo ganábamos.
-¿En qué quedó eso de que Gallego lo había defraudado
como persona?
-Lo había dicho cuando él presentó unos cheques para
cobrar y no teníamos fondos, pero fue una desinteligencia entre los contadores
y representantes. De acá lo llamaron para que no lo hiciera, pero pasó igual.
Y, de muy mal humor, dije eso. Después lo hablamos y quedó todo bien. Somos muy
frontales y lo aclaramos. Tal vez la primera vez no quiso venir por eso. No lo
sé.
-¿El Tolo ya le pidió a Montenegro e Insúa?
- No, todavía no pidió a nadie. Hay que hacer un
diagnóstico, pero son dos grandes jugadores. Al Rolfi lo conozco menos. Y
cuando vino el Pocho con Vélez me dejó una muy buena impresión. Se dijo que la
gente no lo quería por su ida a Boca, pero muchos lo aplaudieron.
-El préstamo del Tecla Farías vencerá en diciembre.
¿Puede quedarse?
-Es lo que queremos y ya se lo dijimos. Tenemos que ver
si estamos a la altura de sus pretensiones. Me gustaría que siguiera hasta el
final de mi mandato. Es súper profesional, llega antes, se va último, es un
ejemplo para todos. Es uno de los referentes. Me gustaría que fuera una bandera
de Independiente. Si tengo que arriesgar hoy, a principios de octubre, creo que
se va a quedar, pero después no se da y quedo como un mentiroso.
Fuente Cancha Llena
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