Farías tira un beso. Sigue de racha.
Debora D’amato Ddamato@ole.com.ar
Como en su jornada mágica ante Boca, Farías volvió a ser
decisivo en la victoria: quebró la paridad con un cabezazo y peinó el centro
que terminó en el 2-0. Bien.
Como buen depredador del área, en cuanto percibe el aroma a
la sangre, no para.
Incluso con la herida todavía visible de la gran cacería
anterior: el ojo derecho en compota tras el choque con Matías Caruzzo.
Ernesto
Farías se reencontró con el sabor del gol en el fútbol argentino, y la Tecla
funciona en continuado.
Como en la jornada mágica en La Boca, el delantero fue
decisivo en el segundo triunfo al hilo de Independiente: gol para la apertura
del marcador, peinada para la confirmación del éxtasis.
“Estoy contento por el
grupo, porque éste es un paso importante para ratificar lo hecho en el clásico.
Aunque no ganamos nada, falta mucho”, advirtió el ex Pincha.
Fue el único refuerzo que cerró el presidente Cantero a
pedido de Ramón Díaz.
Y significó un esfuerzo importante para una tesorería
agobiada: la CD invirtió alrededor de 700.000 dólares para incorporarlo.
Era
tanta la necesidad de un artillero que, con poco conocimiento con los
compañeros, rápidamente saltó a la cancha.
De todas maneras, Farías, de 31
años, no pudo escaparle al mal trance del Rojo: en sus primeros cuatro
encuentros no anotó. Y empezó a coleccionar algunas miradas torcidas.
Sin
embargo, llegó el día de gloria ante Boca, con los tres goles, los últimos dos
agónicos, convocando al bobazo.
Y ayer confirmó su buena estrella.
¿Así que ante el Pirata al Rojo le costaba gestar fútbol?
Ahí pintó el Tecla para romper la paridad, con un cabezazo a puro olfato, tras
un centro de su nuevo socio, el Malevo Ferreyra.
Y para evitarle a la gente
tensiones como las del fin de semana pasado, resurgió peinando un centro de
Vidal para que otro purrete, Monserrat, tuviera su bautismo en la red.
Esa que
está volviendo a acostumbrarse a encontrar a Farías merodeándola.
“Estoy
contento por el grupo. Dimos un paso importante. Se ratificó lo hecho ante
Boca. Hay que seguir con humildad. Nos falta mucho. No ganamos nada”.
Analizando lo que fue el choque ante el Pirata, el delantero consideró: “Fue
difícil. Belgrano cerró espacios. Fuimos un equipo que no se desesperó. Por
momentos no se jugó bien. Hay que tener tranquilidad”.
¿Será la paciencia su fórmula predilecta?
Fuente Olé
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