Escrito por: Pedro Molina
Lejos de quedarse atado al triunfo y a la imagen que dejó el
equipo ante Boca, Cristian Díaz cambió frente a Belgrano en materia de nombres
y táctica.
Sin la cuota heroica ni los condimentos especiales del partido del
año, Independiente volvió a ganar y eso no es poca cosa.
La línea de fondo se mantuvo con los mismos cuatro jugadores
(Tuzzio-Velázquez-Milito-Ferreyra) y sufrió mucho menos que ante el Xeneize.
Se
mejoraron las marcas en la pelota parada y Diego Rodríguez, quien también tuvo
una noche más tranquila, se animó a salir jugando con los del fondo, algo que
según el DT se vería con el correr de los partidos.
La promesa, por lo pronto,
parece empezar a cumplirse.
El único detalle fue el abuso de pelotas que se le
entregan a Gabriel Milito, muchas veces presionado y obligado a pelotazos que
se repitieron en el primer tiempo vs. el Pirata.
En el mediocampo, como ocurre casi siempre, estuvo la clave
del partido.
Fernando Godoy siendo el más retrasado de los tres e hizo de
termómetro.
Con complicaciones al comienzo, -exceso de infracciones- tuvo una
mejor ubicación en el complemento. El 15 demostró que él está para cortar y
jugar la primera bola limpia, no improvisar con gambetas ni asistencias
filosas.
Para eso está Hernán Fredes, una eterna promesa que fue una
de las figuras el sábado.
Ubicado desde el centro hacia la izquierda, intentó
asociarse con Patricio Rodríguez y a pesar de no tener un coequiper en buen nivel,
tomó las riendas del equipo y leyó bien el partido poniéndose el overol en
algunos momentos y siendo concreto luego.
El pibe Monserrat se adecuó a la
posición y se sintió más incómodo cuando tuvo que hacer la banda completa, a
pesar de que desde allí pudo convertir su primer gol. Prolijo, metedor, es una
gran promesa pero no le pidan que sea wing porque no es.
Arriba, Farías volvió a ser la llave con pocas
participaciones pero decisivas.
Por izquierda, Rodríguez volvió a su nivel
habitual con algunos destellos pero flojo en los metros finales.
Por la otra
banda, Walter Busse, la apuesta más arriesgada del entrenador, tuvo un flojo
partido como wing derecho y jamás fue el hombre extra para la superioridad
numérica en el medio. No llegó al fondo, perdió muchas pelotas y fue
rápidamente reemplazado por Vidal, otro hombre con cosas interesantes.
En líneas generales, lo de Independiente fue aceptable.
Sin
la adrenalina del partido anterior, se podría decir que lo del sábado fue más
parecido a la realidad.
Con muchos detalles por pulir, vale destacar la pelota
parada un medio fundamental en este fútbol mezquino y bien aprovechado por
Cristian Díaz.
En el primer gol, Julián Velázquez se lleva las marcas y Farías
(que había ido siempre al primer palo) aparece por el medio para desviarla.
Mientras Independiente debate su futuro y afronta una
semana que podría ser bisagra en su historia en materia política, Cristian Díaz
cumple a la perfección su papel de bombero.
Lejos del show mediático y de
promesas alejadas de la realidad como en la vereda de enfrente, Independiente
suma.
Fuente Muy Diablo
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