lunes, 20 de febrero de 2012

¿La dinámica de lo impensado o el resultado de no pensar?




Independiente salió claramente a ganar. Eso es noticia. Gracias Ramón. El absoluto desorden de los futbolistas en la cancha, la improvisada línea de tres, la falta de confianza de nuestros jugadores, el murmullo de la gente y el "insoportable" Pavone, decretaron la derrota. Hay que corregir pero el camino es este. Proponer, tener la pelota y atacar. Acomodemos las fichas pero no abandonemos las banderas por un resultado

¿La dinámica de lo impensado o el resultado de no pensar?


Crédito foto: Telam


El enorme Dante Panzeri -por la pluma y por la "espada", que le terminó costando varios despidos por escribir artículos en contra de los intereses de sus patrones- inmortalizó en el título de un libro publicado por El Gráfico a fines de los 60, una frase que miles de periodistas repitieron hasta el cansancio, sin haber leído jamás el libro. "Fútbol, dinámica de lo impensado". 


Quien se tome el trabajo de repasar este noble material, descubrirá que el comunicador deportivo argentino más respetado de todos los tiempos desestimaba completamente la importancia de los entrenadores y despreciaba la táctica en general, conceptos como el "sistema de juego", directamente le parecían ridículos.


Panzeri era un "jugadorista" fanático y sólo creía en los que ingresaban a la cancha como factores en el desarrollo de un partido. El tiempo barrió su teoría debajo de la alfombra mediática, consagrando a los técnicos como piezas vitales en el éxito y el fracaso de un plantel. Ni tanto ni tan poco.


Ramón Díaz no es el máximo responsable de este aciago comienzo de campeonato, pero tampoco carece de culpa alguna. En San Juan cometió un grave error en el armado del mediocampo, poniendo dos volantes de destrucción y dos delanteros haciendo las bandas. El estrepitoso fracaso de Rodríguez y Defederico en función de carrileros se tradujo en un pésimo desempeño y una previsible derrota. Casi no pateamos al arco. Penales no cobrados, aparte.


Bien, frente a Lanús hubo un intento bastante osado para modificar el rumbo. 


El equipo, como hace rato no se veía, salió a ganar desde el minuto uno. 


Gracias, Ramón.


Con todos los "peros" posibles -incluyendo el resultado- dio gusto ver a Independiente tratando de ser Independiente. Corresponde. Lo marca nuestra gloriosa historia. Y además, si vamos a terminar perdiendo igual, mejor que sea arriesgando y no especulando. Perfecto.


Pero hay un detalle: sacando al arquero, Velázquez, Godoy y Farías, los jugadores de Independiente estuvieron perdidos en la cancha. Desubicados, chocándose. Amontonados como chicos detrás de la pelota. Como si los hubieran metido en un cubilete gigante y los hubiesen tirado a la cancha desde el cielo.


Vamos por partes: 


La Defensa: jugar con línea de tres, teniendo dos centrales mayores de 30 años es casi un suicidio. Nobleza obliga, hay que decir que Milito y Tuzzio tienen oficio de sobra, y que le han dado mucho al club. Hay que cuidarlos. Pero haciendo de "stoppers" contra chicos de 20 años o delanteros buenos y mañosos como ese que nos volvió a embocar sobre la hora, van a terminar pagando sí o sí. Por eso, porque no había chance de retroceder con velocidad y eficacia, abusamos del paso adelante en línea, por eso Lanús llegó varias veces a fondo, por eso perdimos. Era obvio, que iban a acertar un pase y luego, una definición. Ocurrió en el primer tiempo, pero Hilario respondió (menos mal que Valeri, PAvone y Regueiro miraron casi todo el partido desde el banco). Sobre la hora, ya jugados al ataque, Pavone nos liquidó. Hay que volver a la línea de cuatro o practicar un mes esta formación y poner a Galeano y a Matheu acompañando al tremendo "Avispa", que cada día juega mejor.


Mediocampo: Godoy de cinco, Ferreyra por izquierda, Busse por derecha, Fredes flotando y "Patito" jugando de 11 retrasado. Barullo. Mucho ruido y pocas nueces. Ni una bola limpia y por abajo para los dos delanteros. Lluvia de centros, de pases marrados, de imprecisión, de desconfianza, de murmullo en las tribunas.

Rodríguez volvió a demostrar que no puede faltar en la cancha, es un distinto, el único capaz de limpiar dos o tres adversarios y habilitar a un compañero. La peor versión del "Pato" es más que peligrosa que la mejor versión de cualquiera de sus compañeros. Busse empujó y acertó algunas, Fredes combinó buenas y malas y disparó un par de veces con cierto peligro para el impenetrable Marchesín. Les falta confianza y respaldo pero pueden andar si el equipo aparece. Son la clase de jugadores que no levantan un "muerto" pero sí acompañan si las cosas funcionan. Godoy estuvo solo en la contención y no mueve la aguja respecto de Pellerano en ningún sentido. Si Battión está bien físicamente, es el 5 titular clavado. El "Malevo" Ferreyra fue el más sacrificado, llegando hasta posición de lateral izquierdo para completar la defensa. Ni defendió ni atacó. Y muchas veces, terminó apretando al "Patito" contra la raya y contra la marca y al "10" hay que hacerle un aclarado (como en la NBA) para que mano a mano se coma a los defensores. Su pegada, casi lo único que queda de aquella linda aparición que significó en River, no encontró nunca la manera de sacar un centro decente. Este jugador que sobró en el medio, es el que faltó abajo. Ah, Iván Pérez debe ser el volante por izquierda, tiene hambre, buen pie y disparo al arco.



Ataque: a Farías le están faltando las dos cosas más importantes para un goleador: fe y ritmo. El "Tecla" va a terminar rindiendo porque es un gran centrodelantero. Pero necesita meterla rápido, calmarse y calmar a sus compañeros y al técnico. Si ese derechazo que salió ancho por el primer palo (picardía y precisión de Milito en el pase de 40 metros) llega a entrar, es otro partido, para él y para el equipo. Pero no entró y después, en off side definió al pecho del arquero y ahí se terminó de derrumbar anímicamente. Paciencia Ernestito, te necesitamos. Ya van a dejar de llover centros como piedrazos, ya te darán dos o tres al pie por partido. O al menos, eso esperamos. Facundo Parra, esa simpática mezcla de corazón y suerte -clave en el logro de la Copa Sudamericana-  tampoco supo cómo hacerle la segunda al goleador. A diferencia de Núñez en San Juan, parece estar dispuesto a jugar para Farías, pero no le llegó nada de nada. De todas maneras, el delantero por afuera (mientras esperamos a Benítez) que puede asistir al "9" se apellida Rodríguez y casualmente, juega para nosotros.

En síntesis, salimos claramente a ganar (¡Por fin, Carajo!) y perdimos. Nos mató el desorden y la improvisación mal entendida. Se improvisa sobre una base. Con un argumento y los roles definidos. Ni Al Pacino puede sacar una escena adelante en el teatro si en medio de "El Mercader de Venecia", sale un partenaire de traje, hablando por celular e insultando porque cayeron las acciones de una empresa de electrodomésticos, y le dice "qué hacés disfrazado del Mercader de Venecia, estamos en el Siglo XXI, man". Improvisa Messi, luego que ese sueño de equipo llamado Barcelona toca la bola 100 veces hasta dejarlo perfilado, contra dos o tres defensores y cinco compañeros  dándole opción de pase y arrastrando las marcas. No podemos pedirle al "Patito" Rodríguez que haga en Independiente lo que el mejor jugador del mundo no puede en la Selección.

Para terminar, dos cosas, una sugerencia de formación para visitar a Estudiantes: Navarro; Tuzzio, Velázquez, Milito y algún lateral izquierdo (habría que volver a ver al del apellido imposible); Busse, Battión, Iván Pérez y Defederico; Rodríguez y Farías.

Otra sugerencia para los que hayan llegado hasta el final de este pretencioso e infinito análisis. Dos libros: "El fútbol, dinámica de lo Impensado" (1967) y "Burguesía y gangsterismo en el deporte" (1974). Los escribió un tal Dante Panzeri y eso sí que vale la pena ser leído. Hasta la semana que viene "hermanos diablos". Ojalá levantemos la puntería y no tengamos que empezar a mirar la tabla de abajo.

José Luis Torres


Fuente Play Futbol

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