-Te entiendo Pela, en mi laburo, de RRHH, lo llamamos
"Contrato Psicológico". Se percibe que algo está asentado, fuerte,
algo invaluable.
-Por eso te digo que me pega amigo. No me interesa si
después la salida es una cagada. Uno va creciendo y ganando objetivos pero a
medida que hace, que concreta. Las cosas se construyen, no se inventan.
-Lo que pasa Pela, es que hay una realidad, viste, todo esto
de la tecnología rompió esa mística. Vos antes arreglabas una salida por
teléfono, y no había chance de cancelar. Te la tenías que bancar como un
campeón. La única manera de cancelar era no yendo, pero eso era dejar a la otra
persona sola, sin noticia alguna. Y te digo, había que ser muy hijo de puta
para eso. Hoy con un mensajito, ya estás, se perdió el compromiso.
-Por eso Negro, por eso lo banco a Pusineri. El tipo todavía
no sabe si renueva contrato, arregló una cita con lo que le tocó pero está ahí,
redobló la apuesta del contrato psicológico con sus jugadores. Y construye
citas y amoríos todos los días. No de los más lindos ni de los más estéticos,
pero el tipo sigue adelante, rengo, rengo pero vengo. Y va, y va.
-Y sí Pela, y ya creó algo importante, el vínculo.
-El vínculo, Negro, el vínculo, A veces parece que el amor y
el fútbol tienen el mismo significado. No saben de estética ni de renombre, lo
más difícil es crear y mantener el vínculo. ¿Le ganamos a Lanús?.
-No lo sé, Pela. No lo sé.
Fuente De la Cuna al Infierno
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