Por Carlos Perez
Un 13 de febrero de 2000, Daniel Montenegro empezaba a
escribir uno de los tantos episodios que tendría en su vínculo con
Independiente. Aquella tarde de domingo, debutó con la camiseta del Rojo en
aquel equipo del histórico Enzo Trossero que finalmente terminara subcampeón
del Clausura del mencionado año 2000.
Independiente caía 3 a 1 de local ante Boca, y Montenegro se
ponía por primera vez la gloriosa roja, la que honró a lo largo de muchos años,
con varias etapas en el camino. Con la gloria de haber obtenido el último
torneo local del club y con la tristeza de haber sufrido lo peor que le puede pasar
a un equipo grande.
Montenegro nunca pasó desapercibido, ni en las buenas ni en
las malas. Fue una de las figuras de aquel lujoso equipo campeón que comandó el
Tolo Gallego en el 2002. Formó una sociedad con Federico Insúa que asustaba a
más de uno. Y en el peor momento, cuando ningún jugador quería regresar al club
porque los riesgos de descenso eran muy grandes, vino a dar una mano. Puso la
cara. Apareció.
Sí, la cosa terminó mal, pero se quedó a pelearla, en otra
categoría y ayudó siendo el goleador del equipo que regresó al lugar del cual
nunca debió haberse ido.
Completó su participación en el club con el cuarto puesto
del certamen de la vuelta en el 2014, donde se le recuerdan los golazos a San
Lorenzo y Lanús.
Montenegro es el jugador que más goles hizo en Independiente
en el siglo 21. En sus cuatro etapas en el club convirtió 68 tantos en 235
partidos, algo así como un gol cada tres partidos.
Su debut en la red con la casaca roja fue en el tercer
partido que disputó, ante Argentinos Juniors, una noche lluviosa en la que el
Rojo ganó 8 a 1 -Primer gol de un tal Gaby Milito en primera- y que el Rolfi no
sólo metió el primero, sino que también el segundo y el tercero en aquel
cotejo. El último, el ya mencionado, ante Lanús, en el 4 a 1 en el Libertadores
de América.
Fue amado y odiado por la gente, que cambió de opinión con
respecto a él en muchas ocasiones. Es que te enojabas, llegaba Racing, le metía
dos goles y era todo color de rosa. Es que Rolfi, jugando para Independiente,
nunca perdió con los de al lado. Aunque quizás eso ya no sea un mérito propio
sino más bien institucional.
Un día como hoy, se ponía la camiseta por primera vez en
Independiente el Rolfi Montenegro y lo cierto es que cada vez que vaya al
Libertadores será reconocido por todo lo que hizo. Que, en estas épocas de
vacas anoréxicas, no es poco.
¡Gracias Rolfi!
Fuente Orgullo Rojo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.