A diferencia de lo que no pudo hacer el DT de la Selección,
Ernesto Valverde, su par en el club catalán, dosificó los tiempos del argentino
y le dio dos claras y precisas indicaciones. ¿El resultado? "La
Pulga" empató el partido con Sevilla y salvó el invicto del equipo
(AP)
El 20 de marzo Lionel Messi se unió en Manchester,
Inglaterra, a la delegación de la Selección Argentina que se preparaba para la
doble fecha FIFA de encuentros amistosos que serían la última gran referencia
de Jorge Sampaoli para definir el equipo ideal de Argentina, el que rodearía al
genio, y los 23 definitivos de la lista para el Mundial de Rusia 2018 pero nada
salió según lo planificado: La Pulga no pudo jugar siquiera un minuto con
Italia ni con España, el equipo sufrió un humillante 6-1 y las dudas invadieron
al DT.
Cuando nada podía ser peor, apenas cuatro días después del
vergonzante partido de la Albiceleste contra España, Messi no sólo jugó para el
Barcelona sino que fue el héroe del equipo al anotar el tanto del empate ante
Sevilla que salvó el invicto de los de Ernesto Valverde (está a un partido de
la mejor racha sin perder de un equipo en La Liga, que son los 38 de la Real
Sociedad entre 1980 y 1981).
(REUTERS)
Planificación, la clave que no tuvo Sampaoli
A diferencia del técnico de la Selección, Ernesto Valverde,
entrenador del Barcelona, entendió que si se trata de Messi, basta con un
mensaje claro y preciso en un esquema ya organizado. Entonces decidió que el
rosarino no saliera desde el inicio al campo de juego, lo hizo recién en el
minuto 58 del partido, cuando los blaugrana perdían 2-0 y le dio dos precisas
indicaciones que previamente había acordado con el cuerpo médico del plantel:
(Reuters)
• Le pidió que no hiciera largos sprints (corridas cortas en
velocidad)
• Y que no hiciera
cambios bruscos de ritmo
Messi respetó el pedido y un dato lo dice todo: en los 54
segundos que pasaron entre el gol de Luis Suárez y el suyo, el del empate
definitivo, el argentino sólo caminó y apenas cambió su ritmo cuando recibió la
pelota para definir el segundo gol del Barça.
Sabían Valverde y el equipo que Messi siempre es la carta
ganadora. Y el argentino lo cambió todo en menos de un minuto.
Fuente Infobae
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