Por Luciano Bottesi
Los referís adicionales que ensayarán en los torneos de
verano una manera de evitar controversias en los partidos, sin la intervención
de la tecnología. También estarán para los juegos clave del próximo torneo
Desde su origen, el fútbol se enriqueció con tecnología: las
pelotas fueron variando según los diseños que la volvieron más liviana,
inalterable ante los cambios climáticos y más precisas ante el impacto. La
indumentaria absorbió el sudor y no fue una carga para el futbolista; los botines
fueron ergonómicos, livianos, con distintos tapones para adherencia y la lista
podría ampliarse a demás accesorios. El árbitro, en más de 100 años, sumó
apenas tres herramientas más allá de sus capacidades: las tarjetas, los
intercomunicadores y el aerosol.
En otros deportes, quienes arbitran pueden apoyarse en las
precisas imágenes televisivas o digitales que saldan cualquier discusión
en torno al reglamento. La International Board hasta el momento fue inflexible
ante la posibilidad de traspasar la experiencia al fútbol y si bien en la
próxima reunión de marzo en Gales será tema de debate, los árbitros de fútbol
de ninguna parte del mundo pueden valerse de una pantalla para definir un
fallo.
La polémica más caliente del último campeonato que podría
haber sido saldada con una innovación se dio en la final de la Copa Argentina
entre Central y Boca, cuando el árbitro Diego Ceballos le anuló un gol a Marco
Ruben por offside de un compañero y luego cobró penal por una falta de Ferrari
a Peruzzi afuera del área que Lodeiro transformó en el 1a 0. En el cierre,
Andrés Chavez, adelantado, puso el 2 a 0 que le dio la copa al Xeneize. El año
pasado, en River - Belgrano, Barovero alcanzó a sacar la pelota antes de que
ingresara en su totalidad, pero el árbitro Echenique cobró gol de Lucas
Zelarrayán para el triunfo de Belgrano. Con árbitros en los postes, eso no
debería suceder.
A partir de hoy, en la Argentina se utilizarán otros dos
árbitros -uno detrás de cada arco- para que el principal en la cancha pueda ser
asistido ante una polémica, "particularmente cuando se produzcan dentro y
cerca del área penal", según el protocolo confeccionado por el Departamento
de Arbitraje de la Asociación del Fútbol Argentino.
La ubicación será fuera de la cancha -no tendrán permitido
el ingreso, solo reservado para el árbitro principal- y detrás de cada arco,
con la extensión del área grande como límite permitido para recorrer. A
diferencia de los otros asistentes -antes denominados jueces de línea- no
tendrán banderines, pero sí un sistema de intercomunicadores para explicitar
las sugerencias.
Por regla general los árbitros asistentes adicionales no
deberán hacer señales con la mano, sin embargo en determinadas situaciones una
señal de ese tipo "puede ser de gran ayuda" y la recomendación es que
tenga un sentido "inequívoco", por lo que deberá acordarse antes del
partido, según la propia recomendación del protocolo.
En los saques desde arco deberán comprobar si la pelota está
dentro del área de meta y si así no fuera deberán dar parte al árbitro. En los
penales, a quien le tocara según su posición, se deberá colocar en un palo,
mientras que el juez de línea se posicionará a la altura del punto penal. Si el
partido terminara empatado y su definición dependiera de una serie de penales,
cada uno se ubicará junto a un palo y serán los responsables de indicar si el
balón atravesó completamente la línea de meta.
Ante situaciones de "gol dudoso", el asistente
adicional tendrá la responsabilidad de dar el veredicto para que el principal
disponga el saque del medio, o no. En caso de indisposición del árbitro
principal, lo sustituirá el cuarto árbitro y en caso de no ser posible, lo hará
el árbitro asistente adicional. De esta manera, además, se ahorrarán fingir que
no se apoyan en imágenes televisivas, como sucedió en un Vélez - Arsenal,
cuando Germán Delfino -a instancias del cuarto árbitro- se arrepintió de un
fallo y volvió atrás.
Fuente Diario Popular
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